Tras una primera parte en la que sus irregulares prestaciones dieron esperanza de pescar en territorio rival al Darussafaka, el Surne Bilbao Basket logró abrir con una clara victoria (85-75) el Last 16 de la Basketball Champions League merced al plausible incremento de sus niveles de intensidad y acierto tras el descanso, que dejó a los turcos, uno de los mayores presupuestos de la competición, sin capacidad de respuesta. En los dos cuartos en los que los hombres de negro jugaron sin colocar toda la carne en el asador, los visitantes, enérgicos y con calidad individual en sus filas, dieron la sensación de poder asaltar Miribilla, pero en el momento en el que los de Jaume Ponsarnau jugaron al nivel que pueden desarrollar sobre la cancha su superioridad fue incontestable.
Los anfitriones sestearon hasta el descanso, difuminados entre un rosario de balones perdidos -doce a esas alturas de película-, malos porcentajes desde la larga distancia y una defensa muy poco sólida, llegando a verse cinco puntos por debajo en el luminoso y, sobre todo, con unas constantes vitales nada esperanzadoras. Pero su cambio de rostro tras el paso por vestuarios fue contundente. Del 29-34 a escasos minutos del ecuador de la cita se pasó a un 55-46 pasado el ecuador del tercer acto que ya no tuvo vuelta atrás. Jeff Withey, muy desdibujado hasta entonces, y Xavi Rabaseda se encargaron de avivar las llamas en el trabajo de retaguardia, Adam Smith fue el gran suministrador de puntos con la colaboración del estadounidense y el catalán y se acabó lo que se daba.
El Darussafaka se quedó reducido a los arrebatos individuales del talentoso Ercan Osmani y el eléctrico Markel Starks, muy lejos de poder opositar a la remontada porque ahí estuvieron firmes los Francis Alonso, Michale Kyser y compañía para mantener firme el timón en el acto final.
Flojo arranque
El conjunto vizcaino, con Ludde Hakanson brillando en el reparto de balón, quiso marcar territorio desde el salto inicial, pero los turcos se defendieron en primera instancia gracias al acierto de Gabriel Olaseni en las continuaciones hacia el aro y con su peculiar pero efectivo tiro de media de distancia (9-8). Los anfitriones amagaron con abrir una brecha interesante con el 16-8 tras triple de Smith, pero los de Selcuk Ernak no dieron su brazo a torcer. El acto inaugural se cerró con un equilibrado 18-14, con el Darussafa más entonado con su segunda unidad en cancha y los hombres de negro obligados a poner especial atención a los balones perdidos, pues acumulaban ya seis.
Sus problemas crecieron en el momento en el que los visitantes empezaron a anotar desde la larga distancia. Entre los tres triples seguidos de los turcos, dos de Wayne McCullough y uno de Osmani, y el punto de mira errático de los de Ponsarnau, el marcador sufrió un vuelco para pasar al 22-25 a seis minutos del descanso. Ponsarnau llamó a capítulo a los suyos y Alonso taponó la vía de agua desde los 6,75. El conjunto vizcaino parecía en disposición de recuperar el control, pero el Darussafaka, serio e intenso en defensa, incluso con permisividad arbitral excesiva para el uso de cuerpos, brazos e incluso codos, castigaba cualquier error bilbaino para correr y anotar.
El 29-34 era sinónimo de problemas y que en esas circunstancias el Bilbao Basket cometiese su primera falta del cuarto a 1:22 del descanso indicaba falta de intensidad y dureza. Finalmente, el 34-36 en el ecuador de la contienda dejaba el choque abierto y con dos factores que necesitaban una rápida mejora: frenar la sangría de las pérdidas de balón (doce bilbainas, solo tres turcas) y mejorar el 30% en triples.
Transformación
En la reanudación, los de Ponsarnau respondieron con un 7-0 a la canasta inicial de Olaseni para volver a controlar el luminoso. El encuentro subió en temperatura y revoluciones y no les fue nada mal a los anfitriones. El despertar de Withey tanto en ataque como en defensa y tres triples de Smith, con Rabaseda magnífico en la intendencia, impulsaron a los de Ponsarnau hasta el 55-46 a tres minutos del final del tercer cuarto, su máxima renta hasta el momento. Osmani lideró la resistencia del Darussafaka. Su tercera personal, que llegó unida a la primera renta de dobles dígitos para el Surne Bilbao Basket, suponía una gran noticia y aunque los turcos no daban su brazo a torcer el 60-52 a diez minutos del final dibujaba un panorama que invitaba al optimismo.
Los visitantes trataron de mantener la verticalidad con los triples de Korkmaz y Yeboah, pero el conjunto vizcaino mostraba ya una actitud mucho más rocosa en su retaguardia y un buen reparto de bola en ataque. Entre Kyser y Alonso estiraron la ventaja hasta los trece puntos. Ernak paró el partido y exigió más madera a los suyos, adelantando líneas en pos de la remontada, pero los de Ponsarnau no titubearon. Viajando a la línea de tiros libres con continuidad, los anfitriones solidificaron su colchón de dobles dígitos a pesar de los intentos de abordaje de su rival. El 80-69 a 2:30 de la última bocina dejó la victoria a buen recaudo y el objetivo pasó a ser buscar el mejor average posible, acabando con un positivo 85-75.