Dentro del magnífico rendimiento alcanzado por el Surne Bilbao Basket desde el primer parón competitivo por las ventanas FIBA de noviembre, con un ciclo de cinco partidos resuelto con cuatro victorias en la Liga Endesa y con el acceso como primero de grupo a los octavos de final de la Basketball Champions League, hay dos jugadores que han elevado especialmente sus prestaciones dentro del notable panorama global.
Por un lado, Adam Smith ha recuperado su mejor versión, la del arranque del curso desde el mismo momento en el que Nikola Radicevic ha regresado a la acción tras su lesión. El escolta estadounidense agradece no tener que encargarse de la organización del equipo y de la distribución de la bola y poder centrarse en su gran especialidad: ejercer de killer. Por otro, Emir Sulejmanovic, tras un complicado arranque de temporada, empieza a parecerse al jugador que todo el mundo esperaba y que hizo que su regreso al redil de los hombres de negro tras dos ejercicios en el Lenovo Tenerife fuera recibida con satisfacción y con la consideración de refuerzo importante. En las tres últimas citas ha empezado a verse el Sule activo, intenso y fiable en momentos importantes que se esperaba.
Perderse la pretemporada por su presencia en el Europeo con la seleccion de Bosnia, con la que apenas tuvo minutos de juego, lastró su puesta en marcha como hombre de negro porque llegó falto de ritmo competitivo al arranque de la campaña y el ala-pívot es uno de esos jugadores que necesita exprimir su físico para alcanzar su mejor versión. Posteriormente, un fuerte esguince de tobillo entorpeció su proceso de mejora.
Eso sí, apretó los dientes y no se perdió ningún encuentro. “No es fácil volver a entrar en dinámica después de haber estado un mes casi sin jugar con la selección. Los primeros encuentros fueron difíciles y frustrantes en lo referente a lo que yo me pido a mí mismo para ayudar al equipo. Entreno a diario para ello, viniendo antes de los entrenamientos y quedándome más tiempo para coger el ritmo competitivo y hacer las cosas mejor. El tobillo lo tengo a veces mejor y a veces peor, pero no hay tiempo para quejas. Estamos viendo qué partes de los entrenamientos puedo hacer para luego poder jugar”, reconocía a finales de octubre.
Paso al frente
Pese a algún chispazo puntual como en aquel duelo ante el Valencia Basket en el que sus cuatro triples en la segunda parte fueron muy importantes para poder alcanzar la victoria, ha sido en las dos últimas semanas cuando se ha visto al mejor Sulejmanovic de la temporada, con un rendimiento más sostenido y contando con la plena confianza de Jaume Ponsarnau en los momentos de la verdad. No es el ala-pívot uno de esos jugadores cuya valía se limita a lo que dictan las estadísticas (promedia 5,5 puntos y 5 rebotes), pero tres de sus cuatro mejores valoraciones del ejercicio han llegado en los tres últimos compromisos: 16 en la derrota frente al Monbus Obradoiro, 19 en Turquía frente al Bahcesehir y 11 en la última victoria en Manresa.
Numéricamente, su rendimiento en el choque que dio el acceso a la siguiente ronda de la BCL fue el mejor del ejercicio, con 16 puntos fallando un único lanzamiento de campo, cinco rebotes, tres asistencias y un notable trabajo de retaguardia al igual que el resto de sus compañeros. Contra gallegos y catalanes sus estadísticas no fueron tan llamativas, pero en ambas citas, con resoluciones que llegaron en los compases finales, dio lo mejor de sí mismo cuando el marcador alcanzó su máxima efervescencia. Contra los de Moncho Fernández anotó siete de sus diez puntos en el cuarto final para liderar junto a Michale Kyser el intento de remontada y el pasado sábado, cuando los de Pedro Martínez achucharon con el 68-72 seis minutos del final, se hizo notar con una canasta importante, cerrando el rebote defensivo con cinco capturas y firmando el mejor más/menos de los hombres de negro en ese último acto: +6.
Ponsarnau nunca ha escondido la importancia de Sulejmanovic dentro de sus esquemas ni el especial interés que puso en reclutarle durante el mercado estival. Sabe que un jugador de su perfil está capacitado para elevar notablemente el nivel de intensidad del colectivo y en el momento en el que ha ofrecido su mejor versión ha apostado por tenerle el mayor tiempo posible en cancha cuando los partidos han llegado a sus momentos de la verdad. Tanto contra el Obradoiro como contra el Manresa le tuvo en pista durante más de nueve minutos en los cuartos finales. Y Sule ha respondido.