Las rachas son algo habitual en el mundo del baloncesto. Coger la ola buena permite enlazar victorias o que los jugadores vean el aro como una piscina; cuando el viento sopla en contra, las derrotas se suceden y la canasta parece empeñarse en que la bola no alcance la red. En esto último anda inmerso actualmente el Surne Bilbao Basket. Sus cuatro partidos consecutivos saldados con derrota son complicados de digerir, pero tampoco suponen una dinámica para rasgarse las vestiduras. Muy distinto es el tema del desacierto de cada al aro, tanto por profundo como por generalizado dentro de la plantilla. Que un jugador o un par de ellos atraviesen por baches en el tiro en diversas fases de la temporada no es en absoluto extraño, pero lo de los hombres de negro en este amanecer del curso es algo tan global que llama la atención.
Los números indican que el conjunto de Jaume Ponsarnau presenta el peor porcentaje de la Liga Endesa tanto en lanzamientos de dos puntos (42,9%) como en triples (30,2%), con bastante margen con respecto al siguiente conjunto en ambas tablas -Bàsquet Girona con 46,6% y Casademont Zaragoza con 30,8%, respectivamente-. Si se recurre a la estadística avanzada, los datos de la web rincondelmanager.com destacan que el cuadro vizcaino es el más flojo de la competición doméstica en porcentaje de tiro real -el 'true shooting', porcentaje de tiro del equipo, corregido por el valor del lanzamiento anotado- con un 49% y en eficiencia de tiro -número de puntos que anota el equipo por cada lanzamiento de campo lanzado- con 0,88, además del segundo en eficiencia ofensiva -puntos anotados por cada cien posesiones- con 98,1, solo por detrás del Betis.
El escaso nivel de acierto no está siendo solo propio de la racha de derrotas. Solo en un partido, en el estreno ante el Joventut, se llegó al 50% de acierto en tiros de dos puntos (55%) y en los triunfos ante Betis y Valencia promedió flojísimos 41% y 39%, respectivamente. En el triple, solo una vez se ha llegado al 40% de acierto (frente a los de Luis Casimiro), mientras que en cuatro encuentros ni siquiera alcanzó un ya de por sí negativo 30%: Joventut (28%), Granada y Lugo (23%) y Tenerife (21%). En la racha inicial de tres victorias, el elevadísimo rendimiento de la retaguardia bilbaina sirvió para mitigar los efectos nocivos de tanto punto de mira errático, pero en las tres últimas salidas y en la visita del Baskonia a Miribilla el equipo se vio privado de toda posibilidad competitiva.
Individualidades
Realizando un análisis jugador por jugador, llama poderosamente la atención que haya tantos hombres de negro con niveles de acierto de cara al aro muy inferiores a lo que se podía esperar de ellos por los porcentajes que presentan en sus anteriores hojas de servicio. Sí que es cierto que la lesión de Nikola Radicevic en el choque ante el Granada ha obligado a cambiar roles, posiciones y minutajes entre varios jugadores de la batería exterior, sobre todo en el caso de un Adam Smith que ha pasado de gratificante sorpresa y referente a verse absolutamente negado, pero el desacierto es tan generalizado que debe haber razones más profundas. El presente parón competitivo de las ventanas FIBA ayudará probablemente a tratar de hacer un diagnóstico adecuado y encontrar remedios para la situación.
Dejando fuera a Ignacio Rosa y Agustín Ubal por sus escasos minutos y lanzamientos, de la rotación principal de diez jugadores que acostumbra a utilizar Ponsarnau cuatro ni siquiera llegan a un 40% de acierto en lanzamientos de dos puntos, un baremo que ya de por sí es pobre. El 38,9% de Emir Sulejmanovic, el 37,8% de Ludde Hakanson, el 33,3% de Francis Alonso y el 25,5 de Adam Smith están muy por debajo de lo que podía esperarse y dificultan enormemente el rendimiento ofensivo y la sostenibilidad del equipo, más aún cuando el estadounidense y el sueco son los jugadores que más veces activan su muñeca desde esta distancia.
Y en el caso de los triples el nivel de desacierto salta a la vista todavía más. Y es que Xavi Rabaseda, con un 36,4%, es el único componente de toda la rotación exterior que supera el 33% de acierto desde la línea de 6,75, tratándose el catalán del jugador con el menor rol de tirador. Al 32,5% de Smith, al 28,8% de Hakanson, al 23,8% de Alonso, al 22,2% de Radicevic y al 12,5% de Álex Reyes se les une, además, el 28,6% de Denzel Andersson, el jugador fichado este pasado verano para ejercer la función de 'cuatro' tirador, lo que mediatiza muchísimo el ataque de los hombres de negro, ya que sin acierto desde la larga distancia es muy complicado generar espacios y situaciones para activar a los interiores. De hecho, el pasado domingo en Tenerife dos de los cuatro triples que metieron los visitantes -de 19 intentados- llevaron la firma de Jeff Withey y Michale Kyser, sus dos pívots, un recurso para nada habitual dentro del libreto de Ponsarnau.
Al conjunto vizcaino le queda el consuelo de que las rachas, tanto las positivas como las negativas, acostumbran a no ser eternas. Estas dos semanas tiene tiempo para trabajar en los engranajes grupales y poner de su parte para solucionar un bache de acierto tan profundo como global.