Plácida y placentera mañana de domingo en el Bilbao Arena. En un ejercicio sin tacha de contundencia, seriedad y no pocas trazas de preciosismo, el Surne Bilbao Basket ha cortado de cuajo su racha de cuatro derrotas consecutivas y ha sometido sin problemas (109-82) a un Carplus Fuenlabrada al que ha dominado de principio a fin. Los locales han logrado rentas de dobles dígitos en el ecuador del acto inaugural y a partir de ahí han gestionado el partido con enorme autoridad ante un rival con muy poco espíritu combativo.
El conjunto de vizcaino ha cobrado ventaja merced a una notable puesta en escena defensiva, pero ha sido recuperar el acierto ofensivo lo que le ha permitido vivir gran parte del partido con diferencias cercanas o superiores a los veinte puntos. Con jugadores como Ludde Hakanson, magnífico, y Adam Smith viendo aro con buenos porcentajes (22 puntos por cabeza) la vida es mucho más fácil. Y si además Michale Kyser marca diferencias en defensa controlando el espacio aéreo cercano a su aro y se convierte en la tercera vía anotadora (19 puntos), el Surne Bilbao Basket recupera su mejor versión, con una rotación mucho más ordenada con el regreso a la acción de Nikola Radicevic.
El conjunto vizcaino arrancó dubitativo en ataque, pero fue su aplomo defensivo el que le permitió hacerse con las riendas del partido muy pronto. Denzel Andersson colocó un par de tapones en un abrir y cerrar de ojos, Xavi Rabaseda robó una bola para finalizar en mate y los anfitriones encontraron un ecosistema perfecto para fabricar un 9-0 y dominar por 14-7 en el ecuador del acto inicial con el único problema de la segunda falta de Jeff Withey. Volvió Radicevic a escena, Smith lo agradeció más que nadie y nueve puntos suyos permitieron a los anfitriones alcanzar ventajas de dos dígitos y cerrar el primer acto con un interesante 24-14.
Bilbao Basket - Fuenlabrada
Despegue
Una antideportiva con posterior descalificante sobre Christian Eyenga abrió de par en par la posibilidad de que los de Ponsarnau viajaran con fluidez a la línea de tiros libres, permitiéndoles consolidar su ventaja. Kyser se adueñó del partido en ambos aros a base de tapones y puntos y el 38-23 a cinco minutos del descanso sonaba de maravilla. El Fuenlabrada trató de mantener la verticalidad de la mano de Viny Okouo, pero los ‘hombres de negro’, con seriedad y contundencia, manejaron el partido a su antojo. Llegaron a dominar por 17 puntos (45-28), pero el 47-33 en el ecuador de la contienda seguía siendo un muy buen botín. El 68% en tiros de dos puntos y el 40% en triples a esas alturas de partido jugaban muy a favor del Surne Bilbao Basket.
En la reanudación, a los locales les faltó algo más de aplomo para enviar a su rival a la lona por la vía rápida, aunque no tardaron demasiado en lograrlo. Se impulsaron hasta el 52-35, pero el Fuenlabrada mantuvo un hilo de vida gracias a Jeremy Senglin. Coquetearon los de Pichel con bajar su desventaja a un solo dígito, pero Hakanson no estuvo por la labor. Dos triples suyos dieron el pistoletazo de salida a un parcial de 17-4, con protagonismo también para Smith, que hizo saltar el encuentro por los aires: 73-49 y asunto terminado antes de aterrizar en el acto final con el 77-56.
Fiesta
Sin bajar en ningún momento la guardia, Ponsarnau aprovechó la circunstancia para dar minutos a jugadores como Álex Reyes y Francis Alonso, necesitados de un chute de confianza, y permitió a Ignacio Rosa seguir avanzando en su proceso de maduración ante un rival con ganas de que la matinal acabara lo antes posible. Con el 84-59 a ocho minutos del final, los locales se permitieron cierta relajación defensiva, pero su ataque continuó siendo un puñal para disfrute del Bilbao Arena, que no le hizo ascos al ambiente festivo que emanaba el juego de su equipo. Se celebró superar la barrera de los 100 y la grada acabó botando con el 109-82 final, la tercera mayor anotación del Bilbao Basket en la ACB, la máxima en un choque sin prórroga.