El Surne Bilbao Basket se diluye en el derbi ante el Baskonia

El Surne Bilbao Basket ha sufrido un correctivo muy serio (62-90) en el derbi vasco de la Liga Endesa. Los de Álex Mumbrú, sin polvora en ataque y superados muy ampliamente en la parcela física y en todos los parámetros relativos a la intensidad, ni siquiera han sido capaces de competir ante un Bitci Baskonia muy superior que se ha encontrado todo tipo de facilidades para curar en Miribilla sus males de la Euroliga.

Un segundo cuarto resuelto con un apabullante parcial de 11-31 para el 30-51 al descanso ha hecho saltar por los aires el partido y el conjunto vizcaino, rendido a la evidencia, no ha mostrado los recursos necesarios para buscarle las cosquillas al rival. Fallón desde todas las distancias y superado por el juego uno contra uno de los de Neven Spahija, los agujeros en la nave bilbaina han sido mas que evidentes. Solo Andrew Goudelock ha hecho gala de su carácter ejecutor, con sus compañeros superados por las circunstancias y por la exigencia física marcada por el rival.

Con el estadounidense convertido en la única amenaza fiable, el vizcaino ha sido un conjunto absolutamente previsible. Demasiado plano y errático, con los tiros libres convertidos de nuevo en una tortura para más 'inri' (pírrico 35% de acierto, 6 de 17). Por contra, el Baskonia ha podido jugar muy suelto, corriendo cuando tocaba y dominando la 'pintura' de la mano de un Matt Costello magnífico y un Steven Enoch clave en el despegue€ Con Simone Fontecchio y Jayson Granger anotando de fuera, los anfitriones no han podido hacer frente a tantos focos de peligro.

DE MÁS A MENOS

El Surne Bilbao Basket aprovechó que la defensa rival compareció poco armada para empezar mandando en el luminoso a base de punzantes penetraciones. Tras solo tres minutos de partido, un triple de Goudelock le dio una interesante ventaja de 10-3, pero el Baskonia no tardó en reaccionar haciendo gala de sus recursos ofensivos. El encuentro pasó a convertirse en un constante intercambio de canastas y alternativas en el marcador, cerrándose el acto inaugural con un 19-20. Para entonces, los de Mumbrú se habían dejado ya por el camino cinco tiros libres, con los visitantes mostrando cero remilgos a la hora de mandar a la línea de castigo a los interiores bilbainos.

Los locales no acababan de estar finos a la hora de aplicar sobre la cancha lo que el encuentro requería, apostando por un par de triples fuera de guion en lugar de buscar mayor elaboración. Así, el conjunto de Mumbrú comenzó pronto a sufrir en ambas canastas. A su escaso suministro de puntos se le unió el creciente acierto del rival, con Enoch haciendo daño en las distancias cortas y Granger y Goudelock anotando desde los 6,75, y el técnico local tuvo que parar el partido a siete minutos del descanso con un peligroso 24-31. Nada cambió. El aro siguió escupiendo los lanzamientos de los anfitriones, Enoch y Granger, con dos triples a tabla, alargaron el parcial en contra hasta el 5-20 y el 26-40 dibujó un panorama muy complicado, prácticamente imposible porque en las filas vizcainas todo dejó de funcionar.

Pérdidas de balón, un par de 'dos más uno' permitidos, tiros libres fallados€ Un auténtico socavón que hizo que la contienda llegara a su ecuador con un contundente 30-51. El 11-31 con el que se resolvió el segundo cuarto dejó a la vista la diferencia de intensidad y acierto de ambos conjuntos. Los visitantes, muy bien plantados en defensa, rompieron el duelo con sus magníficos porcentajes de tiro (7 de 11 de dos, 5 de 6 en triples), haciendo trizas la retaguardia local, muy poco fogosa, mientras que el juego ofensivo de los de Mumbrú quedó empequeñecido y se convirtió en un quiero y no puedo carente de filo y capacidad de amenaza.

TODO RESUELTO

Muy poca historia tuvo la segunda mitad. El Bilbao Basket careció de compostura ni pólvora como para amenazar ni siquiera con acercarse en el luminoso. Solo Goudelock asumió la responsabilidad de que la diferencia fuera lo menos dañina posible. Por su parte, el Bitci Baskonia vio tantas facilidades ante sí que no perdió la oportunidad de gustarse y hacer sangre, con rentas que rozaron constantemente la treintena de puntos hasta que superaron esa barrera en el tramo final del tercer cuarto para llegar a los diez minutos finales con un muy indigesto 48-77.

En ese acto final hubo cierta tregua, los locales consiguieron que el naufragio no fuera todavía más sangrante y con esta derrota se quedan en tierra de nadie en la tabla clasificatoria, sin acabar de decir adiós a los puestos peligrosos y con el sueño de pugnar por la octava plaza alejándose en el horizonte.