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Polideportivo

El Surne Bilbao Basket se sobrepone a los contratiempos para ganar al Zaragoza (81-68)

Con Francis Alonso lesionado a ocho minutos del descanso, se impuso con un gran trabajo defensivo y un notable acierto en el triple personificado en Álex Reyes
Álex Reyes, Denzel Andersson y Agustín Ubal celebran la victoria.
Álex Reyes, Denzel Andersson y Agustín Ubal celebran la victoria.

Tremenda demostración de resistencia y éxito frente a la adversidad la que ha ofrecido este sábado un Surne Bilbao Basket que vuelve a demostrar su solvencia en Miribilla contra rivales de galones parecidos a los suyos. Los hombres de negro conquistaron su decimoprimera victoria del curso, meritoria como pocas, maximizando a niveles mayúsculos su rendimiento pese a la considerable merma de recursos en su fondo de armario para derrotar a un Casademont Zaragoza (81-68) que llegaba a Bilbao crecido con cuatro éxitos en sus últimos cinco compromisos. No es ya tener que vivir sin Jeff Withey, un jugador con enorme impacto en la competitividad del equipo, sino que esta vez el conjunto vizcaino compitió sin Ludde Hakanson y, además, perdió por lesión a Francis Alonso, notable en las últimas citas, a ocho minutos del descanso. A todo eso se sobrepusieron los hombres de negro, magníficos, para cruzar victoriosos la meta haciendo bueno eso de que la unión hace la fuerza.

A falta de primeros espadas, colectivo al poder. Tras amagar con romper el partido en el tramo final del segundo acto (33-20) y aguantar que los de Porfi Fisac igualaran el marcador (46-46) a doce del final con un 0-10 que podía hacer daño, los de Jaume Ponsarnau, brillantísimo en la gestión del grupo, unieron esfuerzos para jugar diez últimos minutos de gran autoridad, siendo el 69-60 el único momento en el que su ventaja no fue de dobles dígitos.

Lo consiguieron a base de pasos al frente de muchos jugadores. Con Álex Reyes protagonizando un choque de quitarse el sombrero en ataque (20 puntos con cinco triples y gritos de MVP en su honor), con Adam Smith cargando con el peso anotador en muchos momentos (17 puntos), Michale Kyser haciendo daño en el aro rival en momentos de enorme trascendencia y Agustín Ubal, excelente, sabiéndose importante a falta de Hakanson. Al joven base uruguayo no le afecta la presión. De hecho, le gusta y en esta ocasión hizo mucho daño con sus penetraciones, dirigió con buen tino y fue uno de los puntales de una retaguardia que durante muchas fases del duelo rindió a un nivel elevadísimo, llevando a los visitantes a perder muchos balones y a jugar fuera de guion, frenando su gusto por el contraataque. Y, además, al final surgió Nikola Radicevic para tumbar cualquier atisbo de resistencia aragonesa con ocho puntos en tres minutos.

A FUEGO LENTO

El Zaragoza, más fluido en la faceta ofensiva gracias al timón de Stefan Jovic y a la capacidad ejecutora de Christian Mekowulu en las distancias cortas, se hizo con el control del luminoso en el arranque de la contienda, pero los anfitriones, pese a su juego más embarullado, no se quedaron atrás. Pese a sufrir a la hora de cerrar el rebote ofensivo ante Tryggvi Hlinason, lo que les impidió sacar provecho del 0 de 6 en triples de los de Fisac en los diez primeros minutos, los hombres de negro consiguieron cerrar en ventaja el primer acto (18-16) gracias a dos misiles desde la larga distancia de Reyes y Ubal.

Otros dos aciertos desde más allá de la línea de 6,75 y un notable trabajo defensivo con Ubal especialmente enérgico dieron aire en el marcador a los de Ponsarnau (25-18), que, sin embargo, sufrían un nuevo golpe a su ya mermado fondo de armario al tener que retirarse lesionado Francis Alonso (rodilla). Con Reyes inspiradísimo, el colchón bilbaino alcanzó los dobles dígitos (28-18) a 6:52 del descanso. Su magnífico trabajo en retaguardia, robando balones, limitó a su rival a dos tiros libres de Mekowulu durante cuatro minutos, pero el problema fue que los hombres de negro no sumaron ninguno. Dos canastas de Emir Sulejmanovic acabaron con la sequía y dibujaron la mayor ventaja (33-20) hasta entonces, pero los dos minutos previos al ecuador de la contienda, jugando contra la zona activada por Fisac, fueron horribles en ataque y el Zaragoza consiguió marcharse a vestuarios sin desconectarse del todo (33-24).

PROBLEMAS Y SOLUCIONES

En la reanudación, el partido se convirtió en un Smith contra el mundo. Los visitantes diversificaron sus recursos -Howard Sant-Roos metió el primer triple de los aragoneses al décimo intento, Jovic hizo daño penetrando y Hlinason se adueñó de la zona-, pero el estadounidense respondió con 11 puntos en menos de seis minutos para mantener las cosas en su sitio (46-36). Evidentemente ese modus operandi era insostenible. Así, un parcial de 0-10 en un par de minutos igualó la contienda a 46 puntos a 2:15 del final del tercer cuarto, con malas sensaciones en el juego del Surne Bilbao Basket. Obligado por las circunstancias a jugar con un quinteto totalmente atípico, con el canterano Unai Barandalla echando una mano en posiciones exteriores, tuvo que ser Ubal, con tres tiros libres, el que sacara a los suyos del bache y Reyes, con cinco puntos seguidos, el que aportara oxígeno a los necesitados cuerpos de los hombres de negro para alcanzar los diez minutos finales con un 56-47 esperanzador.

Dos penetraciones de Ubal y Smith volvieron a fabricar un colchón de trece puntos (60-47) y pese a que Jovic, con un triple desde su casa, quiso liderar la resistencia visitante, dos jugadas de dos más uno de Kyser y Reyes, que además metió otro triple, allanaron muchísimo el camino de los locales. El 69-53 a 6:48 del final era un auténtico tesoro, pero una nueva desconexión en ataque permitió a los visitantes no perder el rebufo bilbaino con un parcial de 0-7. Kyser, trabajando bien cerca del aro fue un buen salvavidas y el 71-60 a 3:54 del final seguía siendo un buen resultado. Fue Radicevic, muy desentonado hasta ese momento, quien borró cualquier atisbo de resolución igualada. Dos triples y un par de tiros libres del base serbio obligaron a los visitantes a enarbolar la bandera blanca (79-64 a dos minutos de la última bocina). La decimoprimera victoria ya es un hecho para un equipo que, pese a las adversidades, tiene entre ceja y ceja luchar por volver a Europa el próximo curso.

2023-04-02T21:44:03+02:00
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