Tiburón, de Steven Spielberg, se convirtió en un éxito inmediato después de su estreno en 1975. No obstante, años después el cineasta estadounidense que acaba de ganar dos Globos de Oro por la película autobiográfica The Fabelmans, se arrepintió de lo poco veraz de su acercamiento a los escualos. A diferencia de lo que plasmó en la cinta, los tiburones no son vengativos y tampoco atacan a los humanos. En un intento de ofrecer un canto “a lo animal, a lo salvaje y a lo monstruoso” y de forzar los límites de la ciencia en búsqueda de nuevo conocimiento, la Filmoteca Vasca y el Donostia International Physics Center (DIPC) han programado la proyección de esta emblemática cinta de Spielberg -el año de su estreno participó en la Sección Oficial del Zinemaldia- para clausurar la sexta temporada del ciclo Cine y Ciencia que ambas instituciones organizan en Tabakalera, así como en otras cuatro ciudades de Euskal Herria.
La primera proyección en Donostia tendrá lugar el viernes, 13 de enero, con la intervención de Pedro Miguel Etxenike, que presentará El nombre de la rosa, de Jean-Jaques Annaud (1986). Etxenike será el primero de los 23 “brillantes” científicos que intervendrán en este ciclo. La cita con el Tiburón de Spielberg, en versión original y subtitulada en euskera, está programada para el 24 de marzo, en el cine del Centro Internacional de Cultura Contemporánea de la capital guipuzcoana. “¿Alguno ha visto Tiburón en pantalla grande, en versión original y con subtítulos en euskera? No es tan fácil y aquí lo haremos”, ha asegurado el director de la Filmoteca Vasca, Joxean Fernández, en la rueda de prensa que ha tenido lugar este miércoles en Donostia.
Otro de los monstruos que desafiará los límites de la ciencia será el vampiro más famoso de todos. La Filmoteca y el DIPC han programado para el 10 de marzo la proyección de Drácula, de Bram Stoker, la célebre cinta de 1992 que dirigió Francis Ford Coppola. No en vano, el mito del vampirismo en el séptimo arte se ha relacionado siempre, tanto metafórica como explícitamente, con una idea pandémica. De hecho, el vampirismo tiene su origen en una enfermedad real, la porfiria, relacionada con la falta de hierro en la sangre. El neurobiólogo de la Universidad de Salamanca José Ramón Alonso se encargará de presentar esta sesión y ofrecerá una perspectiva “poco habitual”, centrándose “en el desarrollo de la medicina a finales del siglo XIX”.
La programación de la oscarizada Philadelphia, de Johnatan Demme (1993), el 3 de marzo, permitirá hablar sobre otra pandemia que asoló al mundo en los 80 y los 90: el VIH.
El cine y la ciencia: pasado, presente y futuro
El miedo a la catástrofe nuclear, el desarrollo del método científico, el descubrimiento del radio, la teoría de la evolución frente a la alargada sombra del creacionismo, la escasez de recursos naturales... Temas tratados en películas de ayer que siguen resonando en la actualidad. Todo ello a través de diez largometrajes y otras tantas presentaciones y coloquios a cargos de científicos de primer nivel. “Se trata de miradas científicas a la historia del cine”, ha resumido Fernández, que ha deseado que este ciclo sea “un regalo para nuestros ojos, oídos y nuestras conexiones neuronales”.
“Tenemos que fomentar el pensamiento crítico, la reflexión y un aprecio social hacia la cultura, el cine y la ciencia”, ha expuesto el director del DIPC, Ricardo Díez Muiño. Tras la proyección esta misma semana de El nombre de la rosa, el día 27 se exhibirá un clásico entre las distopías, Cuando el tiempo nos alcance, de Richard Fleischer (1973), bien conocido por su título original, Soylent Green, que es el nombre del alimento sintético que ingerían los protagonistas de esta historia ambientada en un decadente 2022. La herencia del viento, de Stanley Kramer (1960), también se ambienta en la década de los veinte pero, en ese caso, del siglo pasado. Esta película, que se exhibirá el 3 de febrero, narra los problemas a los que se enfrenta en Estados Unidos un profesor que desea enseñar la teoría de la evolución, algo prohibido en la época.
La pasión por la investigación y el conocimiento se resumirá en dos películas centradas en la vida de dos Premios Nobel, Madame Curie, de Mervyn LeRoy (1943), será la siguiente obra que ofrecerá Cine y Ciencia (10 de febrero), mientras que Una mente maravillosa, de Ron Howard (2001), está centrada en las obsesiones del matemático John Nash.
La vulcanóloga del CSIC Juana Vegas, una de las investigadoras de las erupciones en La Palma en 2021, será la encargada de presentar la sesión del 24 de febrero en la que se podrá ver del documental Fire of love, de Sara Dosa, centrado en dos científicos franceses, Katia y Maurice Krafft, que durante dos décadas dedicó su vida tanto al amor que se tenían el uno por el otro como al que sentían por el estudio de los volcanes activos. Unos días antes, el 17 de febrero, Tabakalera acogerá la proyección de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, sátira en la que Stanley Kubrick reflexionó sobre la doctrina conocida como Destrucción mutua asegurada por la que cualquier conflicto nuclear conllevaría la aniquilación total de la humanidad. Peter Sellers interpreta hasta cinco personajes distintos en una historia ambientada en la Guerra Fría y que podría volver a rodarse hoy mismo.
Sexta temporada
Fernández ha hecho balance de Cine y Ciencia, ciclo que se puso en marcha en 2018 y que en este tiempo ha organizado más de 200 proyecciones en cinco ciudades de Euskal Herria, acompañadas de presentaciones en las que han tomado parte más de un centenar de expertos. “Al terminar esta edición estaremos muy por encima de los 20.000 espectadores en total. En todo ello hay mucho amor al cine y a la ciencia”, ha concluido el director de la Filmoteca Vasca.