A menudo se utiliza la coletilla el amor es ciego, pero cuando tras esa ceguera se esconde el deseo ilícito de uno de los componentes de la pareja la situación se complica. Uno de los últimos timos a través de Internet que está tomando fuerza, y que también ha llegado a Euskadi, es el conocido como Romance Scam, Love Scam o timo del amor. Mediante este método, los estafadores crean perfiles falsos en redes sociales para buscar pareja a distancia.
Una vez obtenida la confianza de la víctima, quien cae en las redes de los delincuentes pensando que se está enamorando de una persona concreta de carne y hueso y con nombre y apellido, comienza el juego para robarle la mayor cantidad de dinero posible. Sin embargo, la víctima no es consciente porque cree que lo que está haciendo es ayudar a su persona amada, bien porque tiene un problema de salud, o bien porque necesita el dinero para poder posibilitar el encuentro entre ambos... Cualquier razón plausible es buena para ir incrementado el dinero estafado.
Según explicaba la Policía Nacional en un comunicado de este mismo año tras desarticular a un grupo criminal que había logrado estafar 20.000 euros a diferentes personas, los delincuentes se aprovechan de la situaciones de soledad de algunas personas de avanzada edad que no tienen ni ocupación laboral ni vida social para interrumpir en sus vidas con promesas de amor que acaban suponiendo un coste muy alto para las víctimas. Pero a veces los perfiles cambian y las estafadas son mujeres y los criminales hombres jóvenes. Es lo que se conoce como Lover boy. Así le sucedió a una madre que tuvo que abandonar su casa por no poder pagar el alquiler tras abonar ingentes cantidades de dinero a un joven al que había conocido por redes sociales.
UNA CIBERESTAFA SIN LÍMITES
Esta estafa ha llegado a contar con redes criminales capaces de actuar a nivel europeo, como dio a conocer la Operación Marine, de la que la Policía informó el pasado mes y que supuso la detención de 16 personas, 15 de ellas afincadas en Palma de Mallorca, que habían logrado hacerse mediante este método con un millón de euros aportados por víctimas de más de una veintena de países del Viejo Continente.
Y en este contexto, Gipuzkoa no se ha librado de sufrir las consecuencias de esta nueva ciberestafa. En este caso ha sido un donostiarra el que, junto a un cordobés, han perdido hasta 176.000 euros encandilados por supuestas parejas amorosas que precisaban el dinero para costearse tratamientos médicos o para dar un paso más en la relación y llevar a cabo un encuentro.
Por eso, los expertos advierten de que si una relación virtual deriva en una petición de dinero hay que desconfiar, ya que detrás se puede esconder una banda criminal dispuesta a aprovecharse de la buena voluntad del enamorado.