El Gobierno vasco ha alcanzado un acuerdo para asumir una de las competencias más deseadas, una materia con la que va a poder autorizar los permisos de trabajo de las personas extranjeras que permanecen varadas en Lanbide sin poder firmar un contrato laboral. La Comisión Mixta de Transferencias que congrega a los gobiernos vasco y español se reunirá en Madrid el viernes de la semana que viene, el 28 de febrero, para firmar la transferencia de los permisos de trabajo y también la de meteorología, un segundo traspaso que, en este caso, va a permitir arrojar claridad desde el punto de vista financiero para una competencia que se ejerce de facto con Euskalmet desde hace décadas. Como ya informó este periódico, ambos gobiernos estaban limando los flecos que quedaban para la transferencia de los permisos de trabajo y comprobando que el reglamento estatal de Extranjería no colisionara con el contenido de la competencia vasca. Sin embargo, ya entonces, el Gobierno de Pradales dejaba caer que no había surgido ninguna dificultad añadida y que el traspaso estaba al caer.
Ya con mayor tranquilidad, la consejera de Autogobierno y portavoz, Maria Ubarretxena, ha anunciado este martes que la subcomisión bilateral entre los gobiernos vasco y español firmó un acuerdo el miércoles pasado para el traspaso de estas dos materias. Se firmará de manera oficial en la Comisión Mixta de Transferencias. Anticipando la curiosidad de los medios de comunicación sobre esta transferencia, una de las materias clave para Pradales, Ubarretxena aclaró que los detalles no se ofrecerán hasta el día 28, pero sí realizó una valoración política para reivindicar que este es “un nuevo paso” y que la comunidad autónoma vasca tendrá pronto otras dos competencias.
5.000 formados en Lanbide
El acuerdo sobre los permisos de trabajo está relacionado con la integración de los migrantes, uno de los retos de mayor alcance que afrontan la comunidad autónoma vasca y los territorios del entorno en general. El lehendakari Pradales había alertado hace unos meses de que unas 5.000 personas han recibido formación en Lanbide, pero no pueden trabajar porque les falta la documentación necesaria y el trámite es competencia del Estado español. Eso es lo que va a cambiar con la transferencia. Se trata de evitar que, por el atasco institucional, estas personas se vean abocadas a trabajar en negro y a no cotizar, lo que hace daño a la financiación de las pensiones y también perjudica a estas personas en caso de accidente laboral o en caso de despido, por no tener un papel que acredite la relación que han tenido con sus empleadores.
Se trata de buscar un win-win, que estas personas puedan tener un trabajo reglado, que los sectores que necesitan mano de obra la tengan (construcción, hostelería, cuidado de personas mayores...) y que la sociedad vasca se pueda rejuvenecer con nuevas cotizaciones para financiar las pensiones. Además, en los últimos meses, este se estaba transformando en uno de los grandes argumentos de la derecha. El PP estaba propagando la idea de que la tasa de desempleo de las personas extranjeras en la comunidad autónoma vasca es superior porque, a su juicio, la integración laboral no funciona y las ayudas sociales ocasionan un efecto llamada.
Meteorología, con Euskalmet
Por otro lado, la transferencia de meteorología va a servir para clarificar la financiación y las infraestructuras de la comunidad autónoma en esta materia, así como su presencia internacional. Hay que recordar que, desde las inundaciones de 1983, el Gobierno vasco tomó la decisión política de desplegar su propio sistema de predicción y previsiones sin esperar a que llegase la competencia. De ahí que Euskalmet esté perfectamente consolidada.
25 pendientes
El año pasado, ambos gobiernos ya firmaron las transferencias del litoral y la cinematografía, lo que redujo a 27 la lista de materias que quedan pendientes para cumplir el Estatuto de Gernika. Con los dos acuerdos que se firmarán la semana que viene, la lista quedará reducida a 25, aunque sigue quedando por delante un imponente número de materias que, además, en teoría, tendrían que llegar este año en virtud del acuerdo de investidura entre el PNV y el presidente español, Pedro Sánchez.