El gemelo del puente de Rontegi empieza a definir cuál será su apariencia más allá de un túnel subterráneo. Será espectacular. No hay más opción para que esa galería excavada bajo tierra -en un tramo a mitad de la Ría a 60 metros- esté llamada a ser durante las próximas décadas una de las grandes arterias de la movilidad en Bizkaia.
La previsión es que tanto el subfluvial [para vehículos] como el servicio ferroviario express queden abiertos al mismo tiempo en 2028. Aunque también es posible que se opte por distanciar en el tiempo la entrada en funcionamiento de ambas y así ganar en confianza, seguridad y demanda.
La complejidad técnica del proyecto tiene todavía algunos detalles por concretar, pero la letra mayúscula ya dibuja un tubo de 6x7 metros para la galería ferroviaria de 2,6 kilómetros y del doble (14x15 metros) para los vehículos que se muevan entre Ballonti y Artaza en un recorrido de algo más de tres kilómetros. La financiación de los 185 millones extra del proyecto, por ejemplo, es uno de esos puntos que todavía tienen que ser aclarados.
Las conversaciones entre la Diputación y el Consorcio de Transportes de Bizkaia (CTB) se centran en resolver esta cuestión y, al mismo tiempo, en redactar el Estudio Técnico de Detalle de esta infraestructura multimodal que espera contribuir a transformar la vida diaria de miles de personas y, al mismo tiempo, avanzar hacia una movilidad más sostenible y hacia un territorio más cohesionado.
Las hipótesis que manejan desde la institución foral es que se podrían evitar unos 180.000 viajes al año en coche entre ambas márgenes gracias a esa lanzadera. “Es una cifra modesta, pero no desdeñable, a la que sumar el impacto en emisiones de esos vehículos, que suponen recorrido de unos seis mil kilómetros al día”, han expresado desde el Departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial.
El tren lanzadera, con frecuencias de 4 minutos y sin chófer, dará servicio a 5.000 personas cada día. Y el subfluvial espera arrastrar a más de 50.000 vehículos, lo que aliviará al puente de Rontegi, el punto más vulnerable de la red viaria metropolitana. Los tiempos de viaje entre ambas márgenes de la Ría también se verán recortados, para alegría de los miles de usuarios del transporte público que hasta ahora hacían el transbordo en la estación de metro de San Inazio. De los casi 30 minutos actuales a poco más de 4 entre un punto y otro, según las estimaciones contempladas en los primeros estudios.
Imanol Pradales avanzó ayer algunos detalles nuevos sobre este proyecto que transformará el modo de desplazarse entre ambas márgenes de la Ría
Y eso que el trazado entre las estaciones de Sestao y Las Arenas-Areeta deberá salvar una pendiente de 100 metros entre el punto más bajo del túnel -cruza la Ría a 60 metros bajo tierra- y el más alto en la localidad de Ezkerraldea, en cota +38. Es decir, superará una pendiente de 8,8% lo que ha obligado a diseñar ese trazado tan peculiar en curva para entrar a Sestao. Era la única forma técnica de hacerlo para poder mantener esas frecuencias tan competitivas, resumió Imanol Pradales.
El diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial ha reconocido la histórica aspiración de tener un plan B para unir las líneas 1 y 2 del metro con otra solución a la existente. Una alternativa que también se ha buscado para el puente de Rontegi, por el que a diario circulan de media 155.000 vehículos de todos los pesos y tamaños. “Llevamos ya muchos meses trabajando para radiografiar el terreno al detalle”, apostilló.