El Tribunal Supremo ha rechazado que los despidos efectuados durante la emergencia sanitaria del covid-19 puedan considerarse nulos automáticamente, porque la norma que aprobó el Gobierno en marzo 2020 “no contiene una verdadera prohibición” de despedir, ni contempla la nulidad ante un despido fraudulento.
El pleno de la sala cuarta estima así el recurso presentado ante un fallo del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que optaba por la nulidad de los despidos, al entender que estaban prohibidos e incurrían en fraude, señaló el alto tribunal en una nota, donde aclara que el texto de la sentencia se hará público en los próximos días.
La sala explica que el problema surgió a raíz de un decreto ley de medidas urgentes que contemplaba que la fuerza mayor y las causas económicas, técnicas, organizativas y de producción que permitían acogerse durante la pandemia a los ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) “no se podrán entender como justificativas de la extinción del contrato de trabajo ni del despido”. Esto es todo lo que recoge esa norma respecto a “la frecuentemente identificada como prohibición de despedir”, dice el Supremo, que aclara que tampoco el recurso a un ERTE figura como una “verdadera obligación”.
Por eso concluye que un despido realizado en aquellas circunstancias “no debe calificarse como nulo”, salvo que concurran circunstancias que lo justifiquen, como la vulneración de un derecho fundamental, el incumplimiento de las normas aplicables al despido colectivo o alguna circunstancia subjetiva generadora de especial tutela. Y añade que, cuando aparezca una extinción del contrato de trabajo acordada por la empresa que carezca de causa válida, hay que calificarla con arreglo a la legislación laboral vigente.
Fuentes del Ministerio de Trabajo recordaron que tanto la puesta en marcha de los ERTE como la prohibición de justificar un despido por causas asociadas a la emergencia sanitaria fueron medidas extraordinarias para proteger el empleo. Muestra de ello es que 3,6 millones de trabajadores estuvieron protegidos por ERTE en lo peor de la crisis.