TXUS Vidorreta ha sido profeta en su tierra no una, sino tres veces. Después de lograr dos ascensos con el primer equipo de Bilbao, el primero de ellos no consumado en los despachos, ayer domingo consiguió llevar al Lenovo Tenerife a su segundo título en la Basketball Champions League, que es también el segundo del entrenador bilbaino en la competición. Dos de las seis ediciones del torneo reposan en las vitrinas del club tinerfeño, lo mismo que la única Copa Intercontinental que ha ganado el CB Canarias, un club al que ha convertido en habitual en las fases finales y ha logrado convertir en ganador, al menos en las competiciones que están a su alcance, esas en las que brillan los equipos pequeños.
El técnico bilbaino cumple su sexta campaña en el banquillo del equipo tinerfeño con el que acumula 122 victorias y 76 derrotas. Vidorreta se ha labrado un palmarés muy interesante en los equipos de la zona media de la ACB, siempre cumpliendo objetivos y en algunos casos superando las expectativas. Incluso en el año en que dio el salto a un equipo de los poderosos, el Valencia que jugó la Euroliga en la temporada 2017-18, levantó un trofeo como fue la Supercopa y alcanzó un estimable 62% de victorias. A principio de esta temporada, fue homenajeado por su actual club al alcanzar los cuarenta años en los banquillos, una trayectoria que empezó en ese Patronato que ahora cumple 75 años, y hace tres semanas Txus Vidorreta se convirtió en el séptimo entrenador con más partidos en la ACB al llegar a los 585. Solo tiene por delante a Aito García Reneses, su rival de ayer domingo Pedro Martínez, Manel Comas (qepd), Luis Casimiro, Salva Maldonado y Javier Imbroda (qepd).
Además, en su palmarés lucen el oro europeo de 2015 y el bronce olímpico de 2016 con la selección española absoluta y el oro europeo de 2004 con la selección española junior. El repaso al palmarés de Vidorreta quedaría incompleto sin mencionar su especial relación con las Islas Canarias ya que también llevó al UB La Palma desde la EBA a la LEB Oro en una apuesta arriesgada en su momento, pero sin la que su carrera no se podría entender.
como en casa
El triunfo de ayer domingo parecía predestinado, aunque el entrenador bilbaino siempre trató en los días previos, que se hacen largos, de apartar ese pensamiento y la condición de favorito que se le adjudicaba al Lenovo Tenerife, que en cierto modo era el equipo de muchos de los seguidores vizcainos porque, además de Vidorreta, cinco jugadores habían vestido la camiseta del Bilbao Basket. Si, encima, uno de ellos es coronado como el MVP del evento, el eterno Marcelinho Huertas, la alegría compartida resulta mayor. "Eso ha sido una cuestión colateral siempre. Soy de Bilbao, sí, pero no soy la estrella de esta historia, sino que lo han sido los jugadores, que han hecho un trabajo increíble en toda la competición y, sobre todo, en la final", aseguró en la rueda de prensa como campeón, antes de la cual él y el base brasileño fueron regados por el resto de la plantilla. Vidorreta apuntó también que estaba feliz "no solo por el triunfo, sino por cómo lo hemos logrado, con un baloncesto de mucha calidad que no es fácil de ver en una final. Además, hemos completado una racha de once victorias seguidas que no es fácil que se repita".
El mérito de la victoria es indudable porque todos tuvieron que superar a un gran rival como es el Manresa y al empuje de una extraordinaria afición que, cercana a los 5.000 seguidores, llenó de color rojo el Bilbao Arena, Miribilla y las calles de Bilbao e hizo de la Final Four de la BCL una cita que quedará ya para la historia y que ha dejado un gran sabor de boca en todas las partes implicadas. El Lenovo Tenerife es el campeón de la sexta edición, de la primera que no se resolvía con un equipo anfitrión. Pero Bilbao estuvo muy presente cuando el trofeo subió al cielo de Miribilla. Porque, como no podía ser de otra forma, la emoción acabó pudiendo a Txus Vidorreta cuando agradeció el apoyo de toda su familia y regresó a sus tiempos en Maristas, a aquel equipo junior que conoció cuando empezaba en el baloncesto y "que jugaba un gran baloncesto" y dedicó el triunfo al fallecido Álex Aurre, a su mujer Maite y a sus hijas Naiara, Jone y Nerea.
"Soy de Bilbao, sí, pero no soy la estrella de esta historia, sino que lo han sido los jugadores", aseguró el tecnico bilbaino
Txus Vidorreta dedicó un triunfo que "al final es especial" al recientemente fallecido Álex Aurre y a
toda su familia