El salto de las mañanas a las tardes de Ana Rosa Quintana ha supuesto que la que fue la reina de las mañanas, aunque en el último año ya fue destronada por Aruseros, no sea la reina de las tardes, ya que Sonsoles Ónega, en Antena 3, la supera en audiencia en un programa que sí es competencia directa con contenidos similares. El nuevo TardeAR no acaba de funcionar como se esperaba, pero eso no impide que lo que suceda en las tardes de Telecinco no tenga trascendencia.
Este martes se produjo un momento que se volvió viral con el paso de las horas. Dentro de TardeAr estaban tratando el tema de los cuerpos normativos y la discriminación por gordofobia e invitaron por videollamada al humorista y profesor catalán Pepiú Navarro, que contó su historia de cómo se había sentido tratado de forma diferente en distintos contextos debido a su sobrepeso, ya sea en el médico o a la hora de comprar ropa.
Además, explicó que ese sobrepeso se debía a un trastorno compulsivo de alimentación, principalmente los atracones de comida que se pega por ansiedad (llegaba a ingerir 20.000 calorías al día) y que gracias al trabajo con un psicólogo y un psiquiatra había conseguido controlar algo ese trastorno.
Ante las declaraciones de Ana Rosa y de sus colaboradores de que era él de quien dependía perder peso, Navarro quiso dejar claro que el camino no es fácil y que cada persona es un mundo. “Yo llevo en el camino siete u ocho años. He bajado, he subido y soy consciente del problema que tengo. Pero de ahí a poder ejecutar una acción que me ayude a bajar peso...".
La conversación finalizaba con Ana Rosa deseándole que consiguiera superar esos problemas y entonces el humorista hizo algo que nadie esperaba: despedirse de la presentadora cambiándole el nombre (a propósito) por el de quien fue su gran rival durante muchos años, la recientemente fallecida María Teresa Campos. “Un beso, María Teresa”, le dijo, y él mismo colgó en X (el antiguo Twitter) el fragmento con el siguiente texto (traducido del catalán): “Hoy he hablado en el programa de Ana Rosa. ¿Lo mejor? El final, como siempre”, y terminaba con unos emoticonos de carcajadas.