Los rieles de las ventanas y de las puertas correderas son algunos de los rincones del hogar a los que no solemos prestar demasiada atención y que, sin embargo, acumulan mucha suciedad. Con frecuencia escapan a lo que es la rutina habitual de limpieza por ser una zona poco accesible y complicada de limpiar.
En el caso de las ventanas, al estar los rieles en contacto con el exterior, o en el caso de las puertas, al encontrarse a ras de suelo, son el lugar propicio para que se acumulen todo tipo de pequeños residuos como restos de hojas, insectos o piedrecitas, lo que puede acabar afectando a su funcionamiento. Los expertos recomiendan limpiarlos al menos tres veces al mes.
Seguro que muchas veces has intentado limpiarlos, pero has terminado frustrado porque no has conseguido llegar a todos los recovecos y lo único que has hecho, además de hacerte daño, ha sido mover la suciedad de un punto a otro del riel sin poder extraerla.
Tanto si tienes ventanas o puertas correderas, como si son de las que se abren hacia adentro o hacia afuera y tienen riel, hay un truco infalible que te puede ayudar a limpiarlos fácilmente y sin esfuerzo. Se trata de una solución eficaz y muy económica, ya que para llevarla a cabo solo necesitas tres objetos que probablemente tienes en casa: una esponja con estropajo, un rotulador y un cúter o un cuchillo.
Cómo hacerlo
En primer lugar, coloca la esponja sobre el riel y marca con un rotulador los puntos sobre los que ambos hacen contacto. A continuación, corta con el cúter una línea que una los puntos marcados, de forma que la esponja encaje perfectamente en el perfil del riel.
Para proceder a su limpieza, humedece la esponja con agua y jabón y pásala sobre el riel tantas veces como haga falta. De esta forma obtendrás una limpieza profunda y eficiente.
Una vez finalizada la limpieza de los rieles, es imprescindible secarlos bien con un paño o con papel de cocina para evitar la oxidación del material. Si quieres una limpieza todavía más completa, puedes utilizar cinta adhesiva para retirar cualquier resto de pelos, pelusas o polvo que pueda quedar en ese hueco.
Desinfección del estropajo
Si después de limpiar los rieles quieres desinfectar bien la esponja, puedes hacerlo de distintas formas. Una de las opciones es quitarle la mayor suciedad y meterla 30 segundos en el microondas dentro de un bol con agua y vinagre de limpieza. Pasado ese tiempo, saca la esponja con cuidado de no quemarte.
También puedes poner al fuego un cazo con agua, tres cucharadas de sal y medio vaso de vinagre. Cuando empiece a hervir, retíralo, sumerge la esponja y déjala varias horas en el agua caliente. Cuando esta se enfríe, escúrrela y deja que se seque por completo.
Otra posibilidad es mezclar tres cuartos de taza de lejía en unos 4 litros de agua. Sumerge la esponja en la mezcla durante cinco minutos, aclárala y la tendrás libre de bacterias y gérmenes y lista para volver a utilizarla.