Montar en bicicleta es una buena forma no solo de desplazarnos, sino también de practicar deporte de una manera sencilla y divertida. Sin embargo, la situación se complica cuando queremos ponernos una falda o vestido largo el mismo día que vamos a subirnos a la bici: ¿cómo podemos conseguir que no se nos vea la ropa interior?
Para lograrlo solo necesitamos dos objetos que todos, o casi todos, tenemos en casa: una goma y una moneda y, aunque da igual su valor, las más pequeñas igual dificultan nuestro propósito. Cogemos la moneda y, desde la parte de atrás de la tela, la pasamos entre nuestras piernas hacia adelante. Después atamos la moneda a la prenda con la goma, de manera que tanto la parte de delante como la de atrás de la falda o vestido queden unidas mediante la moneda y la goma.
Sin embargo, si este truco no nos convence del todo o no estamos cómodas con él, otra forma de evitar que la gente de nuestro alrededor pueda ver nuestra ropa interior mientras andamos en bici es llevando unos pantalones cortos ajustados bajo la falda o vestido. En caso de que el viento levante la ropa, es lo único que podrán ver.
Otra opción es la de llevar puesto un liguero, que en muchos casos incluyen una banda de silicona en el interior para que no se resbale en la piel, y lo sujetamos a la falda con una pinza metálica para que esta no se suba al pedalear.
Además, también podremos comprar un guardafaldas para nuestra bicicleta. Como su propio nombre indica, este elemento ayuda a que nuestras faldas, vestidos o abrigos largos no se enganchen a la rueda, lo que podría poner en peligro nuestra seguridad en caso de que provoque un accidente. Y no solo eso, en días de lluvia nos permitirá evitar que la ropa se nos manche con las salpicaduras de la rueda.
Asimismo, otros aspectos a tener en cuenta para viajar cómodas y seguras en bici y con falda o vestido son sobre el propio diseño de estas prendas. Así, es mejor que evitemos las faldas de tubo, ya que al ser ceñidas limitarán más nuestro rango de movimiento. También es buena idea optar por una prenda cuya largura sea hasta las rodillas ya que, si es más corta, podría levantarse al sentarnos en el sillín, y si es más larga, y no conocíamos los trucos anteriores, nos arriesgamos a que se enganche en la cadena o en la rueda.