La llegada del buen tiempo nos advierte de que debemos ir haciendo el cambio de armario. Las prendas de abrigo dejarán paso a otras más ligeras, y las botas y los zapatos abrigados, a otros más frescos.
Un año más, las alpargatas y las sandalias de yute o de esparto estarán entre el calzado favorito del verano. Versátil, cómodo y muy ponible, podrás lucirlo tanto con vestidos, pantalones o faldas.
Es un calzado que nunca pasa de moda y que cada temporada se reinventa para proporcionar a los looks un toque especial. La alpargata original debe su nombre a la palabra catalana espardenya y es un calzado de lona con suela de esparto utilizado por los campesinos del siglo XIV en la zona de los Pirineos.
En 1927, la pequeña empresa familiar Castañer recibía el encargo de proveer de calzado a los soldados republicanos durante la Guerra Civil española y a partir de ahí fueron evolucionando y popularizándose de tal forma que han llegado a convertirse en uno de los imprescindibles cuando llega el calor.
Castañer lazó las primeras alpargatas con tacón de cuña a principios de los años 70 y lo hizo con la firma de lujo Yves Saint Laurent. A día de hoy, tanto firmas exclusivas como low cost ofrecen modelos muy diversos en cuanto a materiales, tejidos, colores y diseños, de forma que se pueden encontrar desde las más sencillas y clásicas hasta las más modernas y elegantes. Son cómodas, transpirables, ligeras, estilosas y combinan prácticamente con todo.
Cuero o tela
El yute y el esparto son plantas herbáceas similares y su principal diferencia es que, mientras el primero se cultiva en regiones tropicales, el segundo es autóctono del Mediterráneo. Ambos son materiales fuertes pero a la vez delicados y requieren un mantenimiento bastante meticuloso.
En primer lugar, debemos distinguir entre el tejido superior del calzado, que suele ser de cuero o de lona, y el de la suela, de yute o de esparto. Si la parte superior es de piel, la limpiaremos frotando con un paño de microfibra impregnado con un producto específico. Si es de loneta, diluiremos una cucharada de detergente suave en dos vasos de agua tibia y con un trapo de algodón frotaremos el textil. Con un segundo paño humedecido con agua retiraremos el jabón.
Otra opción es aplicar polvos de talco sobre la tela y dejarlo actuar para que absorba la suciedad. Unas horas después, pásale un cepillo de cerdas suaves para no dañar la tela.
Cuidado con las suelas
Para limpiar las suelas de yute o de esparto, en primer lugar hay que eliminar el polvo o la suciedad más superficial sacudiéndola con un paño seco o frotándola con un cepillo suave, siguiendo la misma dirección para no deshacer el trenzado.
Si tiene manchas, pásales un paño suave ligeramente humedecido en la misma solución jabonosa que has preparado para la tela. Si se te resisten, sumerge un cepillo de dientes en la mezcla anterior y frota con suavidad para que las hebras no se suelten.
Evita siempre el cloro, la lejía y cualquier quitamanchas con oxígeno activo, ya que estos deteriorarán tanto las lonas como los filamentos del yute o del esparto.
Evitar la humedad
Sobra decir que la lavadora es el enemigo número uno del calzado de esparto. Al limpiarlo, conviene colocar en su interior una bola de papel de cocina para absorber cualquier exceso de humedad que podría deshacer las fibras y provocar un desagradable olor. Termina siempre pasándole un trapo seco y limpio y un cepillo con las cerdas secas y déjalo secar al aire libre en un lugar con buena ventilación, nunca directamente al sol porque podría decolorarse.
Mal olor
Para evitar el mal olor del calzado de yute o de esparto también debes evitar ponértelo en días de lluvia o pisar sobre superficies húmedas que puedan impregnar las fibras de la suela. Si por un casual se te humedecen más de la cuenta, al llegar a casa espolvorea bicarbonato por la suela, deja que absorba la humedad y después cepíllalo para eliminar el exceso de producto.
En cuanto al interior, es importante cuidar la higiene de los pies a diario y tras cada uso puedes introducir una cucharadita de bicarbonato en la zona de la punta, dejarla actuar durante toda la noche y retirarla a la mañana siguiente con un paño húmedo.
Con los cuidados oportunos podrás mantener tus sandalias de yute o de esparto limpias y en buen estado durante más tiempo, y podrás seguir destilando la sencillez y la elegancia que proporciona este calzado a partes iguales.