Cuando vamos a comprar a los supermercados no nos solemos dar cuenta de que todo lo que está a nuestro alrededor está milimétricamente planeado para que compremos más. ¿Cómo hacen esto? Los estrategas del marketing han tenido muchos años para ir estudiando y planificando cómo hacer los supermercados perfectos para dar al cliente la facilidad de comprar, e intentar venderles cosas que no están explícitamente en su lista de la compra.
Y es que, ¿quién no ha comprado chuches o galletas o cualquier cosa que no fuese esencial? Todos nos hemos visto en ese aprieto de coger, o no, el paquete de chicles que está frente a la caja registradora.
Los supermercados tienen muchos trucos y todos ellos basados en la ciencia y la psicología para que nuestras mentes caigan en la tentación. A muchos de ellos no les hacemos caso ni nos damos cuenta, aunque los hayamos visto miles de veces. ¿Te has preguntado alguna vez por qué las mallas de las naranjas son rojas? Podría ser porque fue el primer color que se les vino a la cabeza a los comerciantes de esta fruta, pero todo tiene su explicación.
Las naranjas y las mandarinas, aunque en nuestro país las tengamos de muy buena calidad, no siempre son iguales. No tienen el mismo tamaño, ni el mismo color ni la misma apariencia. Para ello, la industria alimentaria decidió usar las mallas rojas para que aparentasen tener mayor calidad.
Se trata de la ilusión óptica de Munker o Munker-White, así lo explica el creador de contenido Martín Escolar en la cuenta de @pildorasculturales. Esta ilusión hace que el naranja se torne más vivo si cabe, alentando a los consumidores a comprar las bolsas: “las bolas atravesadas por una línea roja se ven de un color rojizo”, añade Escolar en su explicación.
Este truco no solo se utiliza con las naranjas y mandarinas, los limones, mangos, limas y muchas otras frutas y verduras, también son víctimas de las mallas de colores, aunque en esta ocasión se tira por el amarillo o verde para potenciar más sus colores naturales.