Después de que Alejandro Toquero, alcalde de Tudela, haya echado marcha atrás y haya abierto la puerta a que sea el Ayuntamiento quien acometa la reforma del estadio Ciudad de Tudela esta mañana, se ha conocido que el Tudelano ha solicitado entrar en preconcurso de acreedores por sus problemas de solvencia.
Y es que tal y como ha adelantado la Cadena SER, el club tendrá tres meses, más un cuarto, para superar un estado que, de no encauzarse, le llevaría al concurso de acreedores. Esta misma semana se ha conocido que la entidad ribera ha sido demandada por impagos a la plantilla y en cuestiones de material que se vienen produciendo desde hace meses por una cantidad que supera los 80.000 euros.
Los problemas no le paran de crecer a la nueva directiva que se hizo cargo del club por el pasado mes de abril, al hacerse con el 97,2% de las acciones y convertir al club en SAD. Además, la situación deportiva del equipo no es la ideal, ni la que intuían los dueños, pues el equipo está en posiciones de descenso a Segunda RFEF.
En lo extradeportivo, el club tiene deudas con Hacienda, la Seguridad Social y Agua con el Ayuntamiento. Las deudas con Hacienda fueron renegociadas y las cuotas se ampliaron en 2018 a un plazo de 10 años. Por otro lado, en cuanto a los impagos con la plantilla, el último pago que realizó el club fue el 20% de la nómina de febrero. Por último, al comprar el club, los nuevos dueños adquirieron la deuda que tenía el club cuando lo presidía Miranda con las entidades bancarias, unas cantidades que tampoco se han ido pagando.
Ya en el pasado mes de enero el Consejo de Administración del Tudelano negó mediante un comunicado que el club debiera dinero a algún técnico (Olaizola y sus ayudantes), después de la información publicada por un diario de tirada nacional.
En caso de que el club termine en ese concurso de acreedores, deportivamente la entidad descendería a Tercera División.