La Navidad se acerca. Lo sabemos porque el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ya tiene listas las luces de la ciudad, porque Mariah Carey ya ha dado avisos de que su hibernación está acabando y porque en los lineales de la gran mayoría de los supermercados están listos los turrones, pese a que aún falte más de un mes para Nochebuena.
Sabores cada vez más extraños
Y entre esos turrones cada vez hay más variedad. De marcas, porque además casi todos los supermercados tienen los venden también de su propia marca blanca, y de sabores. Lejos quedan aquellos años en los que apenas los había de chocolate, de Jijona, de Alicante, de yema tostada y poco más. Ahora se pueden encontrar turrones de tarta de queso, de cerveza, de jamón, de patatas fritas, de ginebra, de pa amb tomàquet, de torreznos, de pulpo y de casi cualquier sabor que se pueda imaginar.
Algunos están más logrados que otros y muchos de esos turrones de sabores extraños sólo duran una temporada, en la que hay quien los compra por la curiosidad pero que no repite, con lo que no son rentables y su recorrido comercial apenas se extiende por unas semanas.
Los chefs, al turrón
Si a esa moda por sacar turrones con gustos impensables se suma el interés de algunos de los grandes chefs por llevar al mercado sus propias creaciones nos encontramos con que hay cocineros que deciden mostrar sus especialidades pero convertidas en barras de turrón.
Es el caso, entre otros, de Ángel León. El cocinero gaditano, con cuatro estrellas Michelin y tres soles Repsol en sus restaurantes Aponiente y Alevante, se ha especializado en los productos del mar y se convirtió en el primer cocinero del mundo que desarrolló el plancton (ese conjunto de organismos microscópicos que flotan en el agua) como ingrediente para el consumo humano.
Turrón de plancton
Apodado El chef del mar, León ha introducido el plancton en la alta cocina, asegurando que contiene “el sabor más potente a mar que jamás había soñado. La mejor forma de contar a qué sabe el mar”, afirma hace unos meses en una entrevista.
Su último paso ha sido elaborar un turrón de plancton, el primero del mundo, que ya se puede encontrar en algunos supermercados aunque no es precisamente barato: sale a 18,75 euros la barra. La marca que lo comercializa explica que ha incorporado esos microorganismos marinos dentro de la trufa, y junto con el caramelo y el chocolate, ha creado el envoltorio del turrón.