Gipuzkoa

El Txoko de Mikel Bermejo se transforma

El restaurante de Zumaia se adapta a los nuevos tiempos y ofrecerá servicio bajo reserva mínima de 14 personas y ‘Take Away’
Arritxu Azkue y Mikel Bermejo, en la terraza del Txoko de Mikel Bermejo. / Pedro Amundarain

En el Puerto Deportivo de Zumaia, donde los barcos descansan, se encuentra el restaurante El Txoko de Mikel Bermejo, que junto a su mujer Arritxu Azkue, llevan trabajando 25 años codo con codo para ofrecer a los zumaiarras y a los visitantes sus mejores ofertas gastronómicas.

Los tiempos cambian y el tiempo, a su vez, desgasta. Ahora, han decidido reinventarse y por eso abrirán el restaurante bajo reserva y para grupos de más de 14 personas. También ofrecerán el servicio para llevar, Take Away. “Los tiempos cambian y nosotros también. Somos 25 años mayores de cuando empezamos. Cada vez es más difícil encontrar camareros que se quieran dedicar a ello. Nos hemos adaptado a los nuevos tiempos y por eso hemos tomado esta decisión. Además, después de un cuarto de siglo se nota que somos más mayores. Aun así, no es una decisión fácil, le hemos dado muchas vueltas”, confiesan a este periódico Bermejo y Azkue.

Exterior Txoko de Mikel Bermejo en Zumaia. Pedro Amundarain

La historia de los comienzos de Azkue y Bermejo en la hostelería

La historia comienza con Azkue. Y es que su madre montó el restaurante Azkue en Zumaia, “cuando yo apenas tenía seis años. Después, mientras estudiaba, trabajaba allí para echarle una mano”.

Bermejo, en cambio, es de un pueblo pequeño de Segovia y “cuando era joven vine a Zarautz en el 79 un par de semanas porque una tía vivía aquí. Mis primos trabajaban en el Arguiñano y me dijeron a ver si quería probar. Aquí sigo 45 años después”. Al cocinero, le "enganchó" la cocina. “No sabía casi ni qué era cocinar, pero me enganchó mucho. Me gusta crear cosas y, en ese sentido, la cocina también es un arte. Además, para mí es el mejor porque obtienes la respuesta del consumidor al momento. Eso es muy gratificante”.

Su trayectoria profesional dio un giro inesperado cuando Bermejo tuvo la oportunidad para hacer un programa de televisión con Arguiñano en Argentina en el 96, después de estar años haciéndolo para cadenas del Estado. “Yo estaba detrás de las cámaras tanto allí como aquí. Estábamos grabando allí un mes y otro aquí. Fue una bonita experiencia, pero era muy duro”, recuerda Bermejo. “Después me fui yo también”, comenta Azkue. “Allí nació nuestra segunda hija. Yo estuve dos años y medio y Mikel estuvo cuatro años y medio”.

En el 2000 "volvemos a Zumaia y cogemos el local donde estamos ahora"

En el año 2000, el destino les llevó a afrontar un nuevo cambio y una nueva oportunidad. “Surgió la posibilidad de volver a Zumaia y coger el local donde estamos ahora. Ese año se hizo el puerto deportivo. Teníamos otra oferta para abrir algo en Miami, pero cuando pregunté enseguida decidimos volver a Zumaia” destaca Bermejo.

"Es muy distinto ser cocinero o ser el que lleva todo el restaurante"

“Cuando abrimos en Zumaia, lo inauguramos con una boda, estaba lleno. Vino gente a ayudarnos, porque estábamos abarrotados. Aparte, eran nuestros comienzos y es muy distinto ser cocinero o ser el que lleva todo lo del restaurante. Hay mucho trabajo detrás”, comenta Bermejo. En el caso de Azkue, ella era esteticista, “es lo que estudié, pero como ya tenía experiencia de camarera, terminé ayudando en la sala y aquí sigo. Siempre me ha gustado trabajar de camarera en la sala”.

Con el tiempo, El Txoko de Mikel Bermejo pasó a ser más pequeño: “Antes teníamos los dos pisos, pero nos quedamos con el de arriba y nos readaptamos con un espacio más pequeño. Al principio, con los dos pisos, trabajábamos muchísimo y teníamos mucho personal. Las cosas van cambiando, ya no hay tantas bodas y eso se nota”.

"Nunca me cansaré de la hostelería, nos adaptaremos"

Ahora, “hemos decidido trabajar bajo reserva porque queremos seguir haciendo las cosas bien. Este trabajo es mi vocación por lo que nunca me cansaré de ello, me adaptaré. Sé que esto es un arte y es imposible llegar al 10, siempre se puede mejorar, pero mi ilusión es seguir mejorando día a día y cuidar los pequeños detalles que son los que los valora el cliente. Nos da pena tener que abrir sólo bajo reserva mínima de 14 personas, pero nos estamos adaptando a los nuevos tiempos. Cada vez es más difícil encontrar un camarero estable y que sea ése su trabajo. Muchos vienen a estar el verano y ganar dinero para sus estudios. Es lícito y comprensible, pero no da estabilidad al restaurante. La hostelería es adaptarse a los nuevos tiempos y no rendirse ante ellos. Es lo que hemos estado haciendo toda nuestra vida”, concluyen.

15/03/2025