Sin estado de alarma, la hostelería vasca aprieta para tener horarios similares a los de territorios limítrofes. Y algunos integrantes del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI), como el alcalde de Donostia, Eneko Goia, ya se muestran partidarios de que la ampliación del horario de la hostelería esté sobre la mesa en la reunión del próximo lunes. Porque Euskadi es la comunidad más estricta con la hostelería, ya que el cierre de bares y restaurantes es a las 22.00 horas, mientras que sus vecinos de Cantabria y La Rioja tienen horarios más laxos. De hecho, los tribunales superiores de estas comunidades se han puesto del lado de los hosteleros al avalar los recursos de empresarios y asociaciones que convertirán a Cantabria en la única región sin límite de cierre en los establecimientos y permitirán la apertura del ocio nocturno en La Rioja.
En Nafarroa, sin embargo, bajan la persiana a las 22.00 horas en interiores y a la 1.00 en terrazas, con diferencias en función de la clasificación. La mayoría de comunidades cierran a medianoche y en lugares como Madrid permiten ocho personas por mesa en las terrazas.
Ante las reiteradas peticiones de los hosteleros que denuncian que hay una fuga de gasto hacia otros lugares, el representante de PP+Cs Carmelo Barrio se hizo ayer eco de este "agravio comparativo" y pidió al lehendakari que aclare si el Consejo Asesor del LABI tomará alguna medida con respecto a esta situación. Urkullu recordó que las decisiones del LABI se sustentarán en el dictamen previo de la Comisión Técnica que, según dijo, analizó un escrito remitido por las asociaciones de hostelería de Euskadi con sus propuestas, y determinó que los cierres en hostelería se aplicaron en todas las regiones y en otros países "incluso con más severidad que aquí".
Asimismo, se remitió a la "evidencia científica y a los datos internacionales y del Gobierno vasco sobre la incidencia del covid-19 en los espacios interiores y aseguró que todos ellos "confirman el riesgo que representa la interacción en interiores con estancias prolongadas y con uso intermitente de la mascarilla". "Es clave no adoptar decisiones de modo prematuro, muy especialmente en los espacios que los informes señalan como de alto riesgo: lugares cerrados, con menos ventilación, de encuentro con personas diferentes y con usos de mascarilla no permanente".
Por otra parte, subrayó que Euskadi es la autonomía con más apoyo económico institucional a la hostelería, el comercio y el turismo, sectores a los que se han destinado más de 170 millones de euros desde el inicio de la pandemia.
Un integrante del LABI político, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, consideró que retrasar algo el cierre de estos establecimientos "puede ser una opción, que debería estar encima de la mesa", sobre todo, pensando en la restauración. "No sé si dos horas de retraso, pero igual las 11.00 de la noche podría permitir que el segundo turno de cena se pueda hacer de una forma un poquito más relajada", indicó en una entrevista concedida a Radio Euskadi. De cualquier forma, abogó por atender las indicaciones del LABI técnico, de "quienes pueden tener más conocimiento", antes de relajar las actuales restricciones. "Estamos muy hartos y cansados y aguantar un poco más cada vez cuesta más, pero igual si no lo hacemos, cometemos un error".