Mikel Balenziaga (Zumarraga, 29 de febrero de 1988) dice adiós a su ciclo en el Athletic, con el que su contrato expira el próximo 30 de junio, después de jugar 321 partidos como león, el último se remonta al pasado 17 de marzo cuando disputó un minuto en la visita de los rojiblancos al Valladolid –club en el que militó dos campañas, 2011-13–, y en los que solo vio puerta en una ocasión.
Fue el 24 de septiembre de 2016, cuando el lateral izquierdo, un fijo por entonces para Ernesto Valverde, fue autor del segundo tanto de la victoria del Athletic sobre el Sevilla en San Mamés (3-1), al batir al meta Salvatore Sirigu con un disparo cruzado con su pierna izquierda.
“Ha sido una jugada muy rápida, no he tenido que pensar mucho. Me he hecho con el balón, me he encontrado con Mariano delante, he decidido hacer un autopase y después he visto claro que tenía que disparar. Por suerte, el balón ha entrado y estoy muy contento”, expresó esa noche Balenziaga, al que sus compañeros le homenajearon con todos los honores. Primero, en el propio césped, después en el círculo central cuando expiró el choque y más tarde dentro del vestuario, en el que fue manteado, agasajado y objeto de todo tipo de chanza que requería el instante.