Una de las maravillas de la naturaleza que salpican la geografía española es única en su género y puedes visitarla en Galicia. Es la espectacular cascada del Ézaro o del río Xallas (Jallas, en castellano), es el único río que desemboca en una cascada junto al mar y está situada en el municipio de Dumbría (La Coruña), un concejo que roza los tres mil habitantes.
El Xallas no es un río largo. Sólo tiene 63 kilómetros de largo y desde su nacimiento en Santa Comba discurre velozmente hacia el océano Atlántico gracias a sus 350 metros de desnivel. Al final de su existencia salva un desnivel de unos 40 metros en un salto al vacío que conforma uno de los espectáculos más extraordinarios entre los fenómenos naturales mientras se escurre por las paredes del cañón del monte Pindo.
La catarata, vista desde la orilla del mar en Dumbría.
Los pequeños Castiñeiras, Vilamaior y Bazar son los afluentes de este singular río, y su abastecimiento de caudal durante todo el año permite disfrutar de esta inigualable catarata en cualquier época del año, aunque es en otoño e invierno -donde hay mayores cantidades de precipitaciones- cuando la también conocida como Fervenza do Ézaro ofrece una estampa mágica tanto desde tierra como desde el mar.
Si te acercas a ella por una pasarela de madera junto al Monte Pindo te sentirás en otro mundo y oirás el singular y atronador sonido del agua al caer directamente en el mar mientras respiras aromas a salitre y hierba en una sensación de paz y armonía con la naturaleza.
Si acudes a este rincón de la comarca del Finisterre en verano también disfrutarás de un espectáculo increíble de once a doce de la noche cuando se ilumina y se crea un ambiente mágico.
Espectacular vista desde el mirador de Ézaro, encima de la cascada.
Situada a unos setenta kilómetros al oeste de Santiago de Compostela, cerca de la cascada puedes visitar el impresionante Mirador de Ézaro, un inmenso balcón, frente al monte Pindo, en que de disfrutar de una panorámica espectacular de la desembocadura del río Xallas, el único de Europa continental que desemboca en forma de cascada en le mar.
Una vez en Dumbría tienes en la zona una treintena bares y restaurantes para disfrutar de los mejores mariscos y los exquisitos manjares del mar siempre a un precio razonable y con una calidad y variedad incuestionable. Sin olvidarte de los excelentes productos de la tierra como las verduras y los quesos. Y de unas carnes con denominación de origen para quitarse el sombrero y chuparse los dedos.
Para alojarse, cualquiera de la quincena de hoteles, hostales o albergues satisfarán las necesidades de los turistas con todo tipo de bolsillo. Amén la de los numerosos alojamientos en casas rurales de las zonas colindantes.
Y si te acercas hasta allí no puedes dejar de recorrer sin prisas los numerosos rincones que te ofrece la Costa da Morte, el admirar el cabo Finisterre, o de disfrutar de la playa de Carnota. Entre otros muchos lugares que merece la pena visitar.