El Athletic se complica su semifinal. No es una situación nueva. Ya le ocurrió el curso pasado, cuando cerró el primer asalto en San Mamés con un decepcionante empate ante el Levante. Este jueves se ha repetido la historia frente al Valencia, que sacó el mismo resultado que su vecino. Otra cosa son las sensaciones y el potencial del rival. El Valencia, evidentemente, es más creíble que el Levante.
Lo cierto es que el Athletic no ha ofrecido una tercera noche mágica que pedía su gente después de los éxitos firmados ante el Barça y el Real Madrid en las dos eliminatorias precedentes. Un pequeño bajón. Porque el conjunto rojiblanco ha caído en la trampa que le ha tendido el Valencia, un equipo de autor. Un equipo de Bordalás, con todo lo que significa. En esto no hay engaño.
El alicantino le ha ganado la partida a Marcelino, que careció del acierto necesario para sacar un mejor resultado después de adelantarse por medio del gol de Raúl García, del que prescindió el técnico durante la última media hora. Hugo Duro, una de las revelaciones del cuadro che, aprovechó un despeje de Agirrezabala para amargar la noche al Athletic, que se jugará el billete a la final de La Cartuja en el capítulo definitivo en Mestalla. Doce meses atrás lo resolvió en el Ciutat en la prórroga. Es el referente en el que se fía para la cita del 2 de marzo. Una final de Copa, que sería la tercera consecutiva para la entidad bilbaina, pide ese último esfuerzo. Reclama al Athletic de los octavos y de los cuartos.
Hasta el menos ducho en la materia conocía que el Valencia propondría un partido dispar al que planearon Barça y Real Madrid en las dos eliminatorias anteriores. Los equipos de Bordalás son reconocibles de pe a pa. No engañan a nadie, guste o no. El alicantino impone su sello. Es amigo de lo que sus detractores llaman el antifútbol y sus acólitos lo denominan como efectista. Como diría Joaquín Caparrós, resultado, amigo. Marcelino tiene algo en común con Bordalás, con el que ha hecho las paces.
Variar el registro
También es pertinaz en su idea. Apenas la cambia y no lo iba a hacer en esta ocasión, por mucho que el Valencia, al que le hizo campeón de Copa hace tres años, le pudiera variar de registro. Marcelino se amparaba en un antecedente que quizá pasaba desapercibido. El Athletic goleó hace un año en San Mamés al Getafe que dirigía entonces Bordalás. Un 5-1 a favor de los leones que desmontó el sambenito que tiene colgado el hoy técnico che. A Marcelino, por tanto, le tocaba aplicar la fórmula para intentar empequeñecer de nuevo a su colega de profesión, aunque el covid-19 se cebó en las horas previas con De Marcos, que tampoco jugará el lunes en Mallorca, y dio una nueva oportunidad a Lekue, el habitual hasta diciembre. La pandemia no se evapora, pero la baja del segundo capitán no fue motivo para que el entrenador se volviera loco. Hombre por hombre.
Porque la batalla se había diseñado desde que se conociera el resultado del sorteo. Bordalás no permite grises. Lo suyo es un fútbol de trincheras, de desquiciar al rival. Al Athletic, sin embargo, no le amedrantan los partidos a cara de perro, sobre todo cuando se juegan en su guarida y en su torneo por excelencia. Va en sus genes. Quiza Bordalás no pensó en ese matiz. Así y todo, el primer acto fue un calco de lo que quería el alicantino. Como entrenador se puede ganar más enemigos que amigos, pero es sincero.
El Valencia llevó al extremo el libreto de Bordalás. Hizo el partido feo, sin continuidad en el juego, es decir, quiso una pelea de mucho músculo, como si se tratara de un encuentro entre culturistas. Le funcionó durante media hora, en la que no hubo nada de fútbol y sí continuos careos entre los futbolistas que hacían el caldo gordo a Bordalás. El Athletic se atascó. Nada que ver con el que voló ante el Barça y el Madrid. Buscó a Williams para romper tal guerra de guerrillas que privó a los leones de imponer su sello. Intento baldío. Solo quedaba evocar a una de esas acciones a la vieja usanza. Marca Athletic, incontrolable para Bordalás. Muniain, en lo poco que proyectó, forzó una falta en el lateral del área che y se encargó de ejecutarla para que Raúl García la sentenciara con un remate de cabeza made in Raúl. Es el décimo gol que el navarro firma ante el Valencia, su equipo fetiche, al que más ha marcado en su carrera.
El gol de Raúl García premió a un Athletic que tenía el partido donde quería y con el aporte que ofrece San Mamés, que no es cosa mala. En el viejo formato, un 1-0 se recibía como un tesoro de cara al duelo de vuelta por aquello del valor doble de los goles en caso de empate, pero, como se sabe, se ha suprimido esa plusvalía. El Athletic quizá se despistó por este nuevo escenario. Ante el Barça y el Madrid le valió un solo partido. En la semifinal necesita el doble. Voy o no voy.
Ese fue el dilema, porque el colectivo de Marcelino no encontró la manera de salir del enredo en el que le metió el Valencia que, pese a su deventaja en el marcador, siguió a la suyo. Desactivó al conjunto rojiblanco de forma sibilina, hasta el punto de que el Athletic dejó de ser el Athletic. Craso error. Ni rastro de su versión en los clásicos de octavos y cuartos. Ni rastro del juego vertical por bandas, con un Lekue desnortado, con un Berchiche frenado. Ni rastro del Muniain desequilibrante. Ni rastro del Iñaki Williams solidario... Un cúmulo de malas noticias que no supo corregir Marcelino. O sea, no supo jugar el otro fútbol. El que quiso el Valencia, que encontró lo que persiguió por medio de Hugo Duro. Mestalla dictará sentencia en tres semanas vista. 21 días de larga espera.
Ficha técnica:
ATHLETIC: Agirrezabala; Lekue, Yeray (Min. 46, Vivian), Iñigo Martínez, Berchiche; Berenguer, Dani García (Min. 78, Zarraga), Vesga, Muniain; Raúl García (Min. 67, Sancet) e Iñaki Williams (Min. 79, Villalibre).
VALENCIA: Mamardashvili; Thierry, Diakhaby, Alderete, Gayá (Min. 84, Lato); Foulquier, Carlos Soler, Ilaix (Min. 95, Racic), Bryan Gil (Min. 84, Hélder Costa); Hugo Duro (Min. 94, Marco André) y Guedes (Min. 75, Musah).
Goles: 0-1: Min. 37; Raúl García. 1-1: MIn. 65; Hugo Duro.
Árbitro: Munuera Montero (Comité Andaluz). Expulsó al valencianista Maxi Gómez, suplente, en el descanso. Amonestó a Dani García (Min. 63), por el Athletic; y a Foulquier (Min. 43), Diakhaby (Min. 78) y HUgo Duro (MIn. 90) , por el Valencia.
Incidencias: Encuentro correspondiente al encuentro de ida de las semifinales de Copa disputado en San Mamés ante 42.906 espectadores, según datos oficiales.