UN rival con dos versiones bien diferenciadas entre sí visita mañana martes San Mamés en el último compromiso liguero para ambos equipos antes del largo parón por el Mundial de Catar. El Valladolid, clasificado en mitad de tabla gracias en gran medida a su buen hacer como local, pues sufre sobremanera en cada salida que realiza, medirá la capacidad de reacción de los hombres de Ernesto Valverde tras el pobre encuentro con derrota incluida en Montilivi, donde los rojiblancos no dieron la talla. Sí lo hizo el Valladolid de Pacheta frente a un depresivo Elche que, sin triunfos en su casillero desde el arranque del curso, mordió el polvo por 2-1 en el Nuevo José Zorrilla, donde el cuadro pucelano suma por victorias sus tres últimas apariciones después de vencer también en los dos envites anteriores a Real Sociedad (1-0) y Celta de Vigo (4-1). Con trece de veintiún puntos cosechados en sus siete partidos en casa, los vallisoletanos rinden delante de su afición como no lo hacen lejos de su estadio.
El contraste en cuanto a juego, sensaciones y resultados no puede ser más marcado en un equipo que cambia radicalmente cuando actúa fuera de casa. Solo cuatro de dieciocho puntos posibles, no en vano, ha conseguido arañar el Valladolid en sus seis salidas. A la sufrida victoria en la visita al Getafe (2-3) se une el empate firmado contra el Sevilla (1-1) en el Ramón Sánchez Pizjuán y las derrotas sufridas a manos de Barcelona (4-0), Girona (2-1), Espanyol (1-0) y Osasuna (2-0), último verdugo de los pucelanos en un partido en el que no hubo noticias de los de Pacheta. Inconsistentes en defensa, sin peso en el centro del campo y sin apenas llegadas al área rival, el Valladolid no encuentra el camino del éxito como visitante. No es un dato baladí que tres de sus cuatro derrotas a domicilio se hayan consumado sin que los pucelanos pudieran relacionarse con el gol, pues es uno de los principales motivos por el cual se han acostumbrado a ver volar los puntos.
Sergio León, con cinco dianas, lidera el ranking de máximos artilleros de un equipo que buscará en San Mamés parecerse lo máximo posible al que salta al verde del Nuevo José Zorrilla. No ha sido así en los tres primeros meses de competición a pesar de los continuos cambios de piezas de Pacheta, quien no ha dejado de agitar la coctelera en busca de la anhelada fórmula para lograr un rendimiento constante de los suyos. Incluso en la portería ha habido cambio de roles como consecuencia del salto a la titularidad del catalán Jordi Masip, asentado a día de hoy bajo los palos tras la lesión que padeció semanas atrás Sergio Asenjo. Se esperaba que el experimentado guardameta con pasado en clubes como Atlético y Villarreal recuperara su condición de titular en su regreso a la actividad, pero el buen hacer de Masip, con penalti parado de por medio a Iago Aspas, ha evitado una nueva alteración en una portería donde la pelea por el puesto, no obstante, se mantiene abierta.
Sin alineación fija
Lo mismo sucede en el resto de líneas del campo, dado que apenas hay futbolistas con la vitola de indiscutibles para un entrenador que volverá a modificar su once inicial en San Mamés. Con alternancia de sistemas de juego al navegar entre el 1-5-3-2 y el 1-4-2-3-1, Pacheta examinará al Athletic con el firme objetivo de ganar en impacto lejos de Pucela, tarea pendiente para un Valladolid que posará en San Mamés sin agobios clasificatorios.