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Vida y estilo

El valle del río Urdazuri, donde se unen el agua y los pimientos

Si en Iparralde hay un valle con personalidad es el que al pie del pirineo baña el río Nivelle, zona de transición entre la montaña, el llano y el mar Cantábrico,
En imágenes, por el valle del Urdazuri, en Lapurdi
En imágenes, por el valle del Urdazuri, en Lapurdi

Recorrer el labortano valle del río Urdazuri Nivelle le dicen en francés, mientras que en la vertiente Navarra es Ugarana desde su nacimiento entre Urdax y Zugarramurdi hasta su salida por Dantxarinea– supone conocer un territorio en el que la transición entre las montañas pirenaicas y la costa cantábrica se traduce en paisajes verdes cruzados por numerosos cauces de agua.

Las aguas de todos ellos las recoge el Urdazuri y las lleva hasta verterlas al mar en Donibane Lohizune, en San Juan de Luz. En su caprichoso y zigzagueante recorrido por el valle baña algunos de sus pueblos, pero su influencia se deja sentir en casi todos.

La niebla cubre los montes que rodean Sara y apenas dejan ver el Larrun.

La niebla cubre los montes que rodean Sara y apenas dejan ver el Larrun. J.M. Ochoa de Olza

De Sara a Azkaine

En Sara, Sare en francés, se aúnan un patrimonio histórico-arquitectónico clásico de la zona con un entorno natural que ejemplifica espectacularmente el monte Larrun, a cuya cumbre permite ascender desde hace 100 años un tren de cremallera. Desde allí, mar y montañas se unen a los pies del observador.

Sara pertenece a la comunidad de Xareta junto con Ainhoa, Zugarramurdi y Urdax. Con ellas comparte una red de cuevas que se comunican entre ellas bajo tierra y muestran que la ocupación de esta comarca viene de lejos. Las cuevas de Sara, y su centro de interpretación, son las terceras más visitadas de toda Francia.

En Sara, como en el resto del valle, se muestran orgullosos de su pasado, que les dice quienes son y de dónde vienen. Un ejemplo es el caserío Ortillopitz, que han convertido en un museo de la vida y la cultura vasca en esta comarca.

El núcleo histórico de Sara está dentro de la lista de los Pueblos Más Bonitos de Francia y son muchos los visitantes que se acercan hasta él para disfrutar de sus calles, de sus casas y de su principal especialidad, el pastel vasco, que hasta un museo tiene. Locales y vecinos hacen cola los domingos en panaderías y pastelerías para disfrutar de ellos.

A galeria de madera de tres pisos de la iglesia de San Martin de Sara

A galeria de madera de tres pisos de la iglesia de San Martin de Sara Juan Miguel Ochoa de Olza | NTM

La exteriormente sobria iglesia de San Martín oculta en su interior una gran riqueza decorativa y una espectacular galería de madera de tres pisos en los muros de la nave. En origen era el espacio reservado a las mujeres para asistir a la misa; los hombres se quedaban en la planta baja. Esta estructura que da aspecto de teatro al interior de la iglesia se repite en casi todos los templos de la zona

Así se puede comprobar en la iglesia de la Asunción de Azkaine, Ascain en francés, siguiente parada de la ruta y antiguo puerto de embarque de pasajeros y mercancías hacia San Juan de Luz con el Urdazuri como vía. Esta relación con el mar de los azkaindarras se ejemplifica en la iglesia con un exvoto en forma de barco pesquero que cuelga del techo.

Pasear por esta localidad es hacer un recorrido por la orilla del río que tiene como dos principales hitos el Puente Romano y el acceso al viejo puerto, cada uno en los extremos de un canal artificial que servía de embarcadero y astillero de las gabarras que navegaban hacia el mar. Hay que señalar que a pesar del nombre, el puente no es de origen romano.

El Puente Romano, que no es de origen romano, de Azkain cruza el Urdazuri para llevar al viajero hacia el interior de la localidad.

El Puente Romano, que no es de origen romano, de Azkain cruza el Urdazuri para llevar al viajero hacia el interior de la localidad. J.M. Ochoa de Olza

Remontando el río

Siguiendo a contracorriente el curso del Urdazuri se llega hasta Senpere, Saint-Pée-sur-Nivelle en francés, durante mucho tiempo sede de los señores de la zona y cuyo castillo fue escenario de un gran juicio contra la brujería a comienzos del siglo XVII, y en el que fueron quemadas numerosas mujeres. Precedió a la persecución de numerosos vecinos al otro lado de la muga, en Zugarramurdi. En la actualidad el castillo está en ruinas.

En pie sigue la iglesia de San Pedro, similar a otras con un sobrio aspecto de fortaleza , dicen que para defenderse de bandidos e invasores, y un interior con galerías y ricamente decorado. Pero cuenta con una notable diferencia, no tiene un cementerio adosado. Este se ubica a casi un kilómetro.

Pasear por su calles supone ir descubriendo edificios medievales de piedra que se alternan con las típicas casas de estilo vasco encaladas y con la madera pintada en rojo.

Más moderna es su conversión en uno de los centros de ocio más populares de esta comarca: el lago artificial de Senpere, considerado una playa de interior en la que practicar numerosos deportes acuáticos, así como senderismo y ciclismo.

El lago de Senpere se ha convertido en un entorno espléndido para hacer actividades al aire libre.

El lago de Senpere se ha convertido en un entorno espléndido para hacer actividades al aire libre. J.M. Ochoa de Olza

Senpere es uno de los productores del famoso pimiento de Espelette, pero es la localidad que da nombre a este producto, Ezpeleta en euskera, la que atrae las visitas de los aficionados a condimentar con este polvo rojo sus platos.

Su seña de identidad son las fachadas de las que cuelgan pimientos ensartados en cordeles y puestos a secar a finales del verano. Es famoso su mercado de los miércoles, repleto de productos de artesanos y gastronómicos, con el queso Ossau-Iraty a la cabeza.

En cuanto a patrimonio, el castillo de los barones de Ezpeleta se alza sorbe la localidad. Construido alrededor del año 1000, en 1694 fue legado al pueblo de Ezpeleta por la baronesa Juliana Henríquez , que murió sin descendencia. Ahora, la torre que se mantiene en pie es monumento histórico, y el edificio adjunto la sede del Ayuntamiento y de la Oficina de Turismo.

Compitiendo con el castillo, en el llano, se pueden visitar la iglesia de San Esteban, que replica los templos de la zona, incluido el cementerio adosado y la sólida torre que protege al entrada.

Ya en busca de nuevo del Urdazuri, el destino final es Ainhoa, el pueblo de la cabecera del río a su entrada en el valle.

También en la lista de Pueblos más Bellos de Francia, su casco urbano es alargado y con orientación sur, como si buscara directamente el camino de los Pirineos y que los peregrinos los crucen pronto hacia Santiago de Compostela. A esta calle principal dan la mayoría de las fachadas de las casas, con su característico estilo en blanco y rojo. Tiene en su centro la iglesia y el habitual frontón con solo el frontis.

Como en muchos otros pueblos a ambos lados de la muga, se encuentra junto a la iglesia, que en Ainhoa está bajo la advocación de la Virgen de la Asunción. Su peculiaridad es que en origen fue el castillo de los señores locales, que tras su marcha se transformó en iglesia. Esto hace que su torre sea más airosa y ligera que las de otros pueblos.

Desde aquí se puede enlazar con Sara cerrando un recorrido circular.

Personalidades a orillas del Urdazuri

Los vecinos del valle del Urdazuri conservan y manifiestan un gran cariño por todos aquellos que han llevado los nombres de sus pueblos por todo el mundo.

Así, en Sara no se olvidan del escritor y sacerdote Pedro de Aguerre y Azpilicueta, más conocido como Axular, autor de la primera obra en prosa escrita en euskera, Guero, en 1643, además de fundador de la Escuela de Sara. También religioso es el padre Joxemiel de Barandiaran, etnólogo y prehistoriador que descubrió en las cuevas de Sara restos de ocupación humana durante el Neolítico. También investigó la mitología vasca recopilando leyendas y narraciones orales.

En Azkaine, y en otras localidades vecinas, se recuerda con cariño al escritor francés Pierre Loti, prolífico autor y marino que en su novela Ramuntcho, de 1897, realiza un retrato costumbrista de la vida en Iparralde en esa época.

Placa de piedra en honor del pelotari azkaindarra Pampi Ladutxe.

Placa de piedra en honor del pelotari azkaindarra Pampi Ladutxe. J.M. Ochoa de Olza

La pelota, deporte muy arraigado y bien descrito por Loti, también cuenta con dos destacados nombres. Uno es Victor Iturria, pelotari de Sara que vio cortada su carrera deportiva por la II Guerra Mundial, en la que combatió y murió en acto de servicio alistado en la Brigada Paracaidista. El otro es Pampi Ladutxe, de Azkaine, manista profesional que logró dos campeonatos y un subcampeonato en el mano parejas en los 80, y campeón del mundo en mano trinquete en Montevideo 1974.

Del mundo de la ingeniería, Alberto de Palacio y Elissague, que diseñó y construyó el Puente de Bizkaia, el famoso Puente Colgante de Bilbao, nació en Sara.

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2024-12-07T11:00:15+01:00
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