LA genética de la comarca de Mungialdea, natural, cercana, amable, trabajadora, luchadora, está definida por personas como las que serán distinguidas el próximo jueves en el frontón de Gatika (19.00 horas) en los XV Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak.
Uno de los reconocimientos más merecidos por su larga trayectoria vital es el que recibirá Paulina Urresti Ziarreta, que se convirtió el pasado 26 de enero en una mujer centenaria. La mujer más longeva de Gatika celebró sus 100 años con una tarta de chocolate, diversos regalos y, sobre todo, con lo más importante, el cariño de sus seres queridos y familiares. Jatabetarra de nacimiento, pero gatikarra de adopción, Paulina vino al mundo un 26 de enero de 1922 en el caserío Bastegi de Maruri-Jatabe. Como era costumbre en la época, a muy temprana edad comenzó a ayudar a su familia en las tareas del hogar y del campo junto a sus hermanos y hermanas, sobre todo, encargándose del cuidado del ganado en las faldas del monte Jata. “Vivían de la huerta y de las ovejas”, recuerda con cariño su hija, Pili Sertutxa. Una mujer que lleva viviendo en la localidad desde los 30 años, cuando un 29 de noviembre de 1952 se casó con Juan Martín Sertutxa, vecino de Gatika, y se trasladó allí a vivir desde Maruri-Jatabe, su localidad natal. Paulina nació en el caserío Bastegi de Maruri-Jatabe. Desde joven ayudó a su familia en las tareas del hogar y del campo, sobre todo, encargándose del cuidado del ganado en las faldas del monte Jata. Una disciplina casi marcial que le marcó para el resto de su vida. “Siempre ha sido muy metódica con los horarios”, señala su hija. Ahora, su día a día consiste en desayunar, leer el periódico, sentarse un poco en el sofá antes de comer y luego echa la siesta y cena a las ocho. Cuando hay partido del Athletic a una hora prudencial, no se lo pierde, pero lo que no le gustan son los cotilleos de la televisión. Normalmente, come “lo justo para vivir”, tal y como afirma la propia Paulina, aunque le privan “los bombones de chocolate”, apunta su hija. Paulina es la mayor de cinco hermanos y hermanas –Marcos, Santa, Félix y Felisa– y además ha tenido cuatro hijos e hijas: Nati, Juan Martín, Pili y Santi. Como muestra de su fortaleza, su dieta médica diaria únicamente incluye “un paracetamol, para el dolor de huesos, y una pastilla para la tensión, nada más”, desvela Pili. Quizás, buena culpa de su vitalidad recae sobre su alimentación. “Come muy bien, le gustan mucho las alubias y le tiene alergia a la cama, no le gusta acostarse pronto”, cuenta. Especialmente, cuando juega el Athletic a última hora de la noche. “Le gusta mucho estar al día de toda la actualidad, sobre todo de los partidos de fútbol y también de pelota, que solía ver con su marido. Además, es muy fan de la saga de los hermanos Williams, Iñaki es el que más le gusta del equipo. Al día siguiente solemos hacer la crónica del partido y nunca le pillas, siempre sabe si ha jugado”, bromea Pili.
Otro de los premios locales recaerá en la bodega Butroi. Hace apenas una década que cuatro familias se animaron a cumplir el sueño de crear una bodega. Oletxe, Sasines, Etxebarria y Larrañaga son los apellidos que se esconden tras la bodega Butroi. No son solo familias las que se recogen bajo este nombre si no también bodegas que ya tenían experiencia en el sector. Así, la unión de las bodegas Etxebarria de Gatika, Sasine de Larrabetzu, Oletxe de Zamudio más una viticultora de Lezama, Maje Larrañaga, dio como fruto la bodega Butroi.
En este tiempo han cuidado con mimo las hectáreas de cultivo para conseguir una uva de calidad que se transforme en un txakoli digno de premio. La calidad del vino estaba asegurado pero el pasado Concours Mondial de Bruxelles situó al txakoli Oletxe en la elite mundial al ser reconocido con la medalla de plata entre más de 7.300 caldos precedentes de 40 países. Una de las personas que se encuentra al frente de esta bodega es la gatikarra Itziar Etxebarria, con una larga trayectoria con las labores del campo. “Siempre me había gustado la agricultura, pero estudié otra cosa. Con 19 años, viendo los frutales que había plantado mi aita, me lo empecé a plantear, no podía dejar que todas esas frutas se estropeasen”, relata. Quería darles salida y que la gente disfrutara con su dulzor. De este modo, con el esfuerzo y la dedicación que supone atender el campo, superando los reveses de la vida, ha logrado convertir sus cultivos de fruta en un auténtico reclamo en todas las ferias a las que acude con sus cestos de manzanas, sidra y txakoli. Un txakoli que fue una de las semillas del que el pasado mes de julio recibió uno de los máximos galardones mundiales.
Por otro lado, no hay mejor dinamizador de la vida social de los pueblos que los grupos que trabajan por la cultura. En este caso, otro de los galardones recaerá sobre el grupo de dantzas de Gamiz-Fika, denominado Urrusti Dantza Taldea. De reciente creación, todos los viernes tienen una cita para ensayar su repertorio, que se va incrementando cada año. Sin embargo, además del baile, el grupo sirve como eje dinamizador de la vida social en el municipio. “Es un punto de encuentro y confraternización”, destacan sus responsables. Al frente de la agrupación está la presidenta Maialen Armendariz. Actualmente, está compuesto por una veintena de personas de diferentes edades que mantienen una misma pasión por la promoción de la cultura vasca, sus costumbres y tradiciones.
Trayectoria deportiva
Otro de los galardones reconocerá la amplia trayectoria deportiva de la fruiztarra Jone Bilbao Lotina. Desde que empezó a dar patadas al balón a los 8 años ha militado en siete clubes de fútbol durante su carrera y actualmente defiende los colores del Bizkerre. “Es un proyecto deportivo muy bonito, con muchos equipos y en el que se están haciendo las cosas bien”, destaca. Desde pequeña mostró una gran pasión por el deporte rey y fue en Lauro Ikastola cuando empezó a dar sus primeros pasos dentro del deporte federado. Pronto empezó a despuntar y el Pauldarrak apostó por ella para un torneo. En el conjunto barakaldarra militó dos temporadas y en la segunda ya empezó a hacer pruebas en Lezama. El Athletic Club se fijó en ella y en la temporada 2009/10 se unió a la disciplina rojiblanca. “Llegar a Lezama fue muy especial. Es un club con grandes medios y fue una gran experiencia”, relata. Especialmente recuerda su debut en el primer equipo. “Fue en un derbi contra la Real Sociedad, mejor imposible”, apunta. Posteriormente, recaló en el Oiartzun de Segunda División. “Fue un gran cambio salir de Lezama a Oiartzun, una experiencia completamente diferente”, indica. Esa temporada recibió numerosas ofertas y acabó haciendo las maletas en dirección a A Coruña. “Me gustó el proyecto deportivo y encima lo podía compatibilizar con los estudios al estar estudiando un máster on line”, explica. Su etapa en tierras gallegas se extendió dos temporadas más enrolada en las filas del Friol. Hasta que en la 2020/21, “justo antes de la pandemia”, decidió volver a hacer las maletas y regresar a casa para militar en el Bizkerre, en el que lleva tres temporadas. “Quería centrarme en mi trabajo después de tantos años dedicada al fútbol de manera profesional”, señala.
Este mismo deporte entra muy en juego en la vida de Andoni Garai. Desde siempre. Es el hombre que está al frente de la organización del torneo de futbito Kepa Deuna, uno de los platos fuertes de las fiestas de Mungia. Este año se ha celebrado su edición número 43; Andoni acumula 38 años en labores de coordinación y 24 como responsable. Pero es que antes, ya dio sus primeras patadas al balón en este campeonato. “Jugué también de crío y tengo hasta fotos que lo verifican”, afirma. “A casi toda la cuadrilla le gustaba el fútbol, así que empezamos a jugar, luego pasamos al Mungia y uno de los entrenadores, el anterior responsable del torneo, nos pidió que le ayudáramos. Y así empezamos hasta hoy. Bueno, hasta el final me he mantenido yo solo”, reconoce. Él es la pieza maestra de un engranaje que abarca a muchas personas que siempre están dispuestas a echar una mano. “Solemos estar veintipico en la organización: hay gente fija y luego está el Mungia, la ikastola Larramendi... siempre hay ayuda. Mi obsesión en sus tiempos fue que todo el mundo que estuviera ligado al fútbol de Mungia estuviera metido en la organización y lo conseguimos”, enfatiza. Gracias a esta gran sintonía es posible que decenas de equipos de prebenjamín a infantil –se han llegado a juntar más de 70– disfruten con el deporte en las fiestas de San Pedro. Nada de eso sería posible sin Andoni Garai, de Mungia de toda la vida. “En la zona del ayuntamiento había una clínica y yo nací allí”, presume.
Superando dificultades
Las palabras esfuerzo y superación han sido una constante en su vida, Garazi Urrutia Agirre ha ido saltando los numerosos obstáculos que se iba encontrando por el camino. Ella ha ido dando “pequeños pasos de gigante”, como define su madre, Irune Agirre, un apoyo fundamental, indispensable. La constancia y el aliento de sus familiares han sido imprescindibles para obtener todos los logros de su trayectoria. Desde el campeonato de Euskadi de natación hasta su vida personal pasando por un trabajo estable y digno… todo ello ha tenido una lucha detrás para esta joven con diversidad funcional. “No hemos ido en línea recta, pero hemos llegado”, describe Irune.
Garazi tiene 24 años; nació en Mungia pero a los 3 añitos ya se fue a vivir a Laukiz, donde reside actualmente con sus padres y su hermano Arkaitz, de 18 años. Lleva casi un mes en su nuevo trabajo, conseguido tras dedicación y empeño, y “está contenta”. En Laukiz tiene a sus amigos, con los que hace diversos planes, y recibe el cariño de sus vecinos. En 2019, tras proclamarse campeona de Euskadi de natación llevó el testigo de la Korrika a su paso por el municipio en lo que fue un gran momento para ella. Pero, realmente, más que correr, le gusta nadar, le encanta nadar. Y se le da de maravilla, porque además de campeona de Euskadi, terminó en quinta posición en el campeonato estatal. “¡Siente pasión por los perros, el fútbol y el agua!”, sonríe su amatxu. Así que los colores rojo y blanco del Athletic van tatuados en su corazón. Estudió en la ikastola Larramendi y con 16 años fue al AAT (Aula de Aprendizaje de Tareas) en Derio. Allí hizo cuatro años y después se sacó el graduado en la EPA de Sopela. Su última etapa de estudios la completó con un Grado de Administración adaptado. Luego se enfrentó con valentía al terreno laboral, explorando qué opciones tomar, y ya ha iniciado su recorrido. “Empezó el día de San Miguel, patrón de Laukiz, así que, seguro que no lo olvida”, asegura Irune.
Una vida profesional que suma sus primeros días y otra que ya divisa su recta final. La doctora de Arrieta y Fruiz Itxaso Zarandona colgará la bata a principios del próximo año tras 40 años ejerciendo y 30 de ellos en estos municipios. “Se ha hecho corto ¡ha llegado volando!”, sostiene. Claro, cuando una siente su vocación y la desarrolla así, el tiempo se acelera. “El trato con los pacientes es muy familiar”, destaca. Y, ciertamente, ella ha logrado que los vecinos la consideren como una más de la familia. Itxaso ha sido testigo de cómo sus pacientes iban creciendo, madurando, teniendo hijos, nietos... “Estoy ya en tercera y cuarta generación con la gente; he conocido a los abuelos y a los bisabuelos de los que están ahora. Hace 30 años, que vine yo, la gente que tenía 60 tiene ya 90!”, comenta. Son las huellas del tiempo. Ella tiene ya también una nieta. “Hace dos años me fui a vivir a Andrakas, porque tengo a toda la familia en Plentzia y me he acercado a ellos; tengo hijo y nieta en Plentzia, así que me tira mucho”, admite. Pero Arrieta, donde residió 25 años y donde aún seguirá trabajando unos meses, estará siempre presente en su corazón (bilbaino de nacimiento).
Premios
- Paulina Urresti. La vecina más longeva de Gatika y una mujer centenaria.
- Andoni Garai. Alma máter del torneo de futbito Kepa Deuna de Mungia, uno de los platos fuertes de las fiestas de Mungia.
- Urrusti Dantza Taldea. El grupo de danzas de Gamiz-Fika trabaja por la promoción de la cultura vasca.
- Itxaso Zarandona Altuna. Médica de Arrieta y Fruiz, durante tres décadas ha cuidado de los vecinos de ambas localidades.
- Jone Bilbao Lotina. Futbolista de Fruiz con una amplia trayectoria deportiva en la que ha militado en siete clubes.
- Bodega Butroi. Es la unión de las bodegas Etxebarria, Sasine, Oletxe y una viticultora de Lezama, Maje Larrañaga.
- Garazi Urrutia Agirre. Laukiztarra que, con esfuerzo y apoyo familiar, ha forjado su trayectoria vital.
- Mustai Ortua. Gorka Areitio y Marcela Pava han impulsado un proyecto de agricultura regenerativa en Maruri-Jatabe.
La cita
El jueves, 27 de octubre, el frontón de Gatika acogerá los XV Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak a las 19.00 horas.