Una plácida noche. Seguro que cualquier árbitro quiere dirigir un partido como el que anoche se vivió en el Camp Nou. Con un Barcelona muy superior al Athletic y sin que los veintidós protagonistas pusieran a prueba la gestión del colegiado alicantino, la verdad es que Martínez Munuera se paseó sobre el césped del estadio azulgrana. Fue como un entrenamiento. Estuvo bien en el apartado técnico y no cometió error alguno a la hora de aplicar las normas.
Una mano de Yeray, por comentar algo
No entró el VAR. Con el marcador 3-0 a favor de los locales a los 22 minutos de juego, la polémica brilló por su ausencia. No hubó jugadas en las que se reclamara algo a Martínez Munuera por parte de ninguno de los dos equipos. Quizás, por destacar algo, en el minuto 61 se registró una mano instintiva de Yeray dentro del área que el árbitro no quiso analizar. Si llegan a ir empate a cero seguro que la presión desde la grada al alicantino hubiese sido otra.