Poco que reprocharle. El colegiado madrileño, que compareció por primera vez en San Mamés en LaLiga, tuvo una tarde plácida en un partido de guante blanco. Ortiz Arias estuvo sobrio, sin aspavientos. Y como solía decir cuando arbitraba: “En qué me he equivocado, en no señalar una falta, pues he estado de diez”. Lo dicho, poco o casi nada que reprocharle de su actuación en el estadio rojiblanco. Una buena noticia.
Raúl García tiene que controlarse
Por sus protestas. Raúl García vio la tarjeta amarilla en el primer acto por una protesta a Ruiz Arias, Acto seguido, lejos de cesar con los reproches al colegiado, se tocó la cara con la mano en un gesto de desconsideración que le pudo costar la segunda amonestación. Tiene que andar con cuidado el navarro, porque el problema para su equipo hubiese sido importante si el árbitro le manda antes de tiempo a los vestuarios.