El VI Plan Vasco de FP camina hacia “el pleno empleo”

“La FP vasca avanza hacia a la plena empleabilidad y aspira anticiparse a las necesidades de una sociedad cambiante”. Esta es la frase con la que el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, ha definido el VI Plan Vasco de Formación Profesional aprobado por el Consejo de Gobierno, la hoja de ruta acordada por el Departamento de Educación con los agentes sociales para los próximos años y que movilizará 513 millones de euros. Además, supondrá la creación de 70 aulas interactivas, 40 aulas aplicarán tecnología inmersiva y se crearán 15 laboratorios en ciberseguridad.

La transformación digital de los centros de FP permitirá, por ejemplo, que los estudiantes puedan arreglar la pala de un aerogenerador de 120 metros de altura, preparar el instrumental de una UCI o reparar la turbina de un buque. Todo sin salir de clase, gracias a gemelos digitales con los que se entrena a los estudiantes para resolver casos prácticos. No es ciencia ficción. Estas aulas del futuro ya están listas y el Centro Miguel Altuna de Bergara es la punta de lanza de una realidad que se extenderá a lo largo de la vigencia del VI Plan de FP a otros 38 centros.

LLEGAR A 25.000 EMPRESAS

El documento presentado por Bildarratz y el viceconsejero de FP, Jorge Arévalo, está salpicado de conceptos como Industria 5.0, Valores 4.0, aulas inteligentes, laboratorios de ciberseguridad, nuevas competencias digitales y soft skills, es decir, las aptitudes personales que debe reunir cualquier estudiarse para adaptarse a la flexibilidad que impone un entorno laboral cambiante, en el que desaparecerán profesiones de la mano de la inteligencia artificial y se crearán nuevas oportunidades de mercados emergentes.

Toda esta filosofía se traduce en una serie de objetivos concretos y tangibles, empezando por la digitalización de los propios centros. Bildarratz explicó que el plan persigue pasar del 30% al 100% del alumnado cursando formación dual para el curso 2025/2026 gracias a la implicación de 25.000 empresas, frente a las 7.542 firmas que este curso acogen a 11.449 alumnos. No será un salto de un día para otro. Se habrá de forma gradual. Según Arévalo, para el curso 2023/2024 se proyecta que la mitad del alumnado en FP esté en dual, para pasar al 70% el curso 2024/2025 antes de que desaparezcan los ciclos formativos tradicionales.

El plan también se ha marcado como objetivo incrementar la presencia de las mujeres en la FP, sobre todo en la rama industrial ya que este colectivo apenas si representa el 12% de los estudiantes de uno de los sectores con mayores salidas laborales y que mejor calidad del empleo ofrecen. El reto es que en 2028 el 35% de las plazas de los ciclos industriales estén ocupados por chicas. También se pretende que el 60% del alumnado estudie en modelos euskaldunes (By D) frente al 52% que lo hace este curso. Además, el Departamento de Educación no solo no prevé un estancamiento de la matrícula sino incrementar en 10.000, el número de jóvenes que opten por esta modalidad a pesar de la recuperación económica y de que cada año hay menos estudiantes en Educación Básica debido a la crisis de natalidad.

IDENTIFICAR MERCADOS EMERGENTES

¿Cuál va a ser el trabajo del futuro? Esta es la pregunta a la que, según Bildarratz, pretende responder el VI Plan de FP. En este sentido, el consejero ha asegurado que “el alumnado debe estar preparado para responder a entornos laborales desconocidos”. Para lograrlo, los centros de FP pasarán a ser organizaciones inteligentes con nuevas metodologías que “desarrollen todo el potencial del alumnado en la era digital”, sin olvidar las profesiones clásicas en las que cada vez hay menos mano de obra formada.

Por otro lado, Bidarratz ha manifestado que el Gobierno vasco “va de la mano” del Ministerio de Educación en el nuevo decreto por el que el Gobierno español concederá un permiso de residencia temporal a los extranjeros sin papeles que se encuentren viviendo en el Estado de forma continuada durante dos años y cursen Formación Profesional. El objetivo del nuevo decreto es abrir la FP “a toda la población”, independientemente de su estatus legal, y “flexibilizar” el sistema para mejorar la empleabilidad y responder a las necesidades de determinados puestos que ahora no se cubren.