La guerra arancelaria provocada por Donald Trump ha sacudido los mercados y todavía hay mucha incertidumbre sobre su efecto real en las empresas vascas. En Onda Vasca con Txema Gutiérrez, el CEO de Vidrala, Raúl Gómez, ha lanzado un mensaje de tranquilidad: "Está fuera de nuestro control, pero tengo la sensación de que va acabar de una manera más tranquila que como ha comenzado. Lo mejor que podamos hacer es estar tranquilos y no obsesionarnos".

El fabricante alavés de vidrio presentará en su junta de accionistas del próximo 29 de abril los resultados del primer trimestre del año y actualizará sus previsiones para 2025. Todo ello después de un 2024 que se caracterizó por el esfuerzo inversor y en el que las ventas alcanzaron los 1.588,3 millones de euros. Pese a ello, su fábrica de Llodio, la más pequeña de todo el Grupo, no es ajena al delicado momento que atraviesan la industria vasca y otras empresas del Valle de Ayala. Gómez ha pedido más competitividad propia para competir, por ejemplo, con el mercado francés: "No estamos pidiendo sacrificios salariales o de empleo, estamos pidiendo contención con incrementos salariales garantizados, y estamos pidiendo también al Gobierno Vasco que se recuperen apoyos que hubo en el pasado para la industria vasca".

La planta de Vidrala en Llodio está en un momento clave, con sus instalaciones a punto de cumplir un ciclo. Esto requiere de una potente inversión que está contemplada y que servirá para actualizar sus hornos y mejorar energéticamente: "El plan que tenemos encima de la mesa es invertir 75 millones de euros entre este año y el siguiente. En la industria, cuando se invierten estas cifras, no se invierten para el corto plazo. Necesitamos menos incertidumbre, pedimos que las cosas que se pueden controlar tengan un poquito más de certeza, las condiciones salariales y sobre todo el apoyo público".