Durante más de 20 años y con miles de kilómetros de reparación, un relojero vietnamita ha recorrido Europa en busca de relojes de iglesia estropeados.
Pham Van Thuoc ya cuenta con más de 15 aparatos, muchos de los cuales tienen más de un siglo.
Además, el coleccionista considera su búsqueda histórica como una practica emocionante y de carácter único y exclusivo.
TIC TAC
La pasión de Thuoc nació cuando, de niño, escuchaba las campanadas de las iglesias francesas, durante el periodo colonial de su país.
Fue entonces cuando hizo migas con el propietario de un reloj europeo y consiguió hacerse con la gran pieza.
Esta peculiar búsqueda ha resultado ser una de las colecciones más insólitas y originales del mundo.
Pham afirma que todavía no ha conseguido ver dos aparatos exactamente iguales, por más que hayan sido fabricados por el mismo relojero o en el mismo año.
Las piezas duermen en un almacén de la provincia de Thai Binh, donde resuena el tictac de las agujas y las campanas al llegar la hora punta.
Pham Van Thuoc confía en su colección ya que los relojes le recuerdan lo valioso que es el tiempo y como deberíamos valorar cada minuto como un tesoro.
Por otro lado, la sustitución de las "agujas digitales" por las tradicionales, también es otra de las razones por las que el relojero trata de conservar una pizca de la historia.