El Zuazo gana al Beti Onak y se aferra a su asiento en Liga Iberdrola

El Zubileta Evolution Zuazo Barakaldo tuvo que verse con el agua al cuello para firmar el mejor partido de la temporada. El conjunto rojinegro tuvo que ver de cerca el abismo del descenso para llevarse una victoria 13 encuentros después. Porque las barakaldarras no ganaban desde la jornada 10 de la liga regular, en el lejano 28 de diciembre, cuando consiguieron superar en Lasesarre al Mecalia Guardés (33-30). Ya en la promoción de descenso, el Zuazo logró un importante triunfo también ante su público, pero esta vez ante el Beti-Onak, uno de los rivales con los que pugna por mantenerse en la Liga Iberdrola, la máxima categoría del balonmano femenino estatal. Fue una oda a la supervivencia, toda una apología a la fe. Las rojinegras se sacudieron el cartel de favoritas al descenso y demostraron ante las navarras que todavía no están sentenciadas. Porque siguen en posiciones de descenso, eso es así; pero ya tienen la salvación un poco más cerca.

Ocurrió en la primera jornada del play-down, una liguilla que juegan los cuatro últimos clasificados (del 9 al 12) a ida y vuelta y arrastrando los puntos de la primera fase. El Zuazo, que partía como colista de este grupo, se medía al líder. A un Beti-Onak que, si ganaba, aseguraba prácticamente la permanencia. Las rojinegras, por contra, si claudicaban decían virtualmente adiós a la categoría. Así que era un partido a vida o muerte. Y, como tal, las barakaldarras salieron al parqué a dentelladas. Disputando cada pelota, mordiendo en cada defensa y afinando el brazo en cada ataque. De esta forma, el primer parcial ya dejó claro que las de Joseba Rodríguez querían pelear hasta el final. Un 3-0 nada más empezar abofeteó al rival navarro, que apenas lo vio venir. Con todo, el Beti-Onak logró reaccionar y empezó a remar. Sin embargo, la portería del Zuazo se hizo internacional. Lo paró todo y más y propició que al descanso se llegará con un 8-5 a favor de las rojinegras.

Tocaba seguir sudando en el segundo acto y, por ello, las de Rodríguez salieron de nuevo con el mono de trabajo. El Beti-Onak apostó por aumentar el ritmo y la intensidad y el Zuazo aceptó jugar en el envite. Así, el marcador no solo se mantuvo a favor de las locales, sino que la distancia aumentó. Y es que, mientras la defensa barakaldarra dejó en el dique secó a Lysa Tchaptchet, una de las principales bazas ofensivas de su rival; el gatillo seguía engrasado. Las navarras cambiaron la portería, pero dio igual. Lideradas por una Magdalena Fernández-Agustí acertadísima –sus 9 tantos así lo certifican–, las rojinegras jugaron seguras. Incluso se llegaron a gustar. Después de 13 encuentros, Lasesarre volvió a pasárselo genial con el balonmano y, como premio, el Zuazo puede permitirse creer aún en la salvación.

Quedan cinco partidos

Por delante le quedan cinco encuentros, cinco finales, en las que deben sumar de dos en dos para continuar siendo equipo de la Liga Iberdrola. Así, el siguiente partido será de nuevo en el pabellón barakaldarra (sábado, 19.30 horas) ante un Granollers que, como al Zuazo, tan solo le vale ganar. Hay opciones.