El acceso a la vivienda se ha convertido en un drama, principalmente para los jóvenes que buscan emanciparse, y más en las grandes ciudades. Si el pasado domingo se celebraron manifestaciones en muchas ciudades reclamando que se bajen los alquileres, comprar una vivienda en propiedad es para buena parte de la juventud (y no tan juventud) una misión casi imposible. De ahí que haya gente aprovechándose de esa necesidad para poner en alquiler y a la venta trasteros, sótanos, porterías y demás cubículos donde no se puede desarrollar una vida digna pero que se convierten en lo único a lo que pueden aspirar algunas personas, las que pueden.
Semisótano a la venta
Es el caso de un anuncio que ha aparecido de un zulo a la venta en Madrid. Y lo de zulo no es una exageración, porque son 10 metros cuadrados de un semisótano sin ascensor. Es decir, bajo tierra, sin luz ni ventilación natural y por un escandaloso precio de 165.000 euros, por lo tanto, a 16.500 euros el metro cuadrado.
El anuncio aparecía en el portal inmobiliario Idealista y el usuario de la red social X (antes conocida como Twitter) Antonie lo ha compartido. “Atentos a este ofertón en Gran Vía, Madrid: 10 metros cuadrados, semisótano interior, 165.000 euros. Nota: una celda media en una cárcel española tiene 13 metros cuadrados”, ha escrito en el post.
Ni un armario
La publicación incluye un vídeo en el que se muestran las fotos de ese apartamento, que tiene una cama casi encajada a presión entre una pared y un pequeño baño elevado. El resto es una minicocina con una placa portátil eléctrica y un microondas estratégicamente situado bajo el fregadero, con una pequeña nevera y una minúscula mesa auxiliar. Y la tele, casi en el techo, en una pared. Ni un armario hay, apenas un perchero.
“¿Esto tiene cédula de habitabilidad? ¿Esto es legal? ¿Esto es moral? Cómo está el tema para que haya gente que esto, seguramente lo venta”, reflexiona el tuitero en el vídeo de un post que en menos de 24 horas ya había superado las 600.000 visualizaciones.
La publicación ha recibido cientos de comentarios de usuarios, la gran mayoría indignados ante el anuncio. “Están caras las cárceles”, decía uno de ellos. “Eso solo puede ser un trastero y es denunciable”, afirmaba otro. “Merece la pena multarlos por el mero hecho de ofrecerlo”, opinaba otro. “¿Desde cuándo hemos normalizado esto? ¿hasta dónde vamos a llegar?”, se preguntaba uno más.