ELA rebaja las expectativas ante su cita con Pradales: "El conflicto está abierto"

Por ahora, nada invita a lanzar las campanas al vuelo. El lehendakari Pradales tiene la intención de reunirse con todos los sindicatos, incluida la central mayoritaria ELA pero, aunque el sindicato lo celebra como una novedad en sí misma, no va a deponer la estrategia de confrontación y huelgas que tanto le ha criticado el PNV. Su secretario general, Mitxel Lakuntza, ha rebajado este miércoles la espuma de las expectativas que se habían generado en las últimas horas y ha avisado de que el nuevo lehendakari debe tener "muy presente que el conflicto sindical en este país está muy abierto". "En la medida en que no se arregle la situación, este sindicato va a seguir planteando un conflicto", zanjó en Radio Euskadi. Además, tan solo una semana después de que el Gobierno vasco se haya puesto en marcha, anticipa ya leyendo su acuerdo programático que es "continuista".

Una cosa son las formas, y otra, el fondo, vino a decir Lakuntza. Por un lado, en principio, ELA se muestra dispuesta a normalizar la relación, aunque no admite responsabilidad alguna sobre la ruptura de puentes con el lehendakari Urkullu. El antecesor de Imanol Pradales dejó de recibir a ELA y rechazó los encuentros bilaterales mientras el sindicato siguiera plantando a la mesa de diálogo social, una decisión que, para Lakuntza, no era más que un veto porque Urkullu no compartía las posiciones políticas de ELA y creía, "seguramente, desde una posición muy autoritaria, que el papel de ELA se limitaba a tener que participar en las mesas de diálogo social y a formar parte de la política del Gobierno y la patronal". Tras la mano tendida de Pradales, Lakuntza celebró la "novedad" y aseguró que su central "siempre" ha querido normalizar la relación entre Lehendakaritza y el principal sindicato del país con independencia de que sus ideas sean diferentes. Pero hasta ahí.

¿Abrir este diálogo supondrá que baje la conflictividad? Ante esta pregunta, Lakuntza matizó que una cosa son las formas, y otra, el fondo. En este terreno, antes de las elecciones de abril, Imanol Pradales llamó la atención sobre el hecho de que, aunque Euskadi apenas representa el 5% de la población del Estado, concentra el 50% de las huelgas y, además, la conflictividad se focaliza en el sector público y parapúblico aunque en Euskadi hay más de un millón de personas trabajando y solo unas 165.000 lo hacen en ámbitos dependientes de la Administración. A partir de ahí, respetó el recurso a la huelga, pero opinó que en los últimos tiempos se está empleando como recurso ordinario, y apeló a la cultura del diálogo y las relaciones laborales, y no a la confrontación laboral.

Un programa "continuista"

Lakuntza, por su parte, cree que, en las formas, "puede que avancemos si las reuniones se celebran, y será una buena noticia y vendrá a solucionar un problema que no había generado ELA". "La otra parte tiene que ver con el fondo y, si atendemos al acuerdo entre PNV y PSE, no se puede decir que haya una voluntad de cambio y transformación en el acuerdo que han firmado ni en lo que están anunciando. Entonces, ¿el lehendakari y su gobierno, a qué han venido? ¿A generar un cambio o a dar continuidad? Ha venido a dar continuidad a las políticas de Urkullu, y eso nos preocupa. O hay un cambio de rumbo, o vamos a seguir teniendo un problema", añadió.

Cuando se le preguntó por la intención de Pradales de que los Presupuestos sean algo más altos que los actuales, una intención que adelantó en la entrevista con Grupo Noticias, aseguró que "puede sonar a maquillaje y a propaganda también", aunque "el tiempo dirá". Y no reconsidera la huelga como elemento de presión. "Que tenga muy presente que el conflicto sindical en este país esta muy abierto, tenemos una situación en Osakidetza, tenemos también en el conjunto de los servicios públicos un decreto de incrementos salariales que no llegan ni al IPC... Es un conflicto abierto. Estas situaciones, en la medida en que no se arreglen, este sindicato va a seguir planteando un conflicto", advirtió.