La norma está vigente desde 2010, pero nunca antes había sido aplicada en la liga y el primer equipo en sufrir los rigores de esta nueva regla tuvo que ser, cómo no, la Real Sociedad. Y le tocó la china a Alexander Isak, que está viviendo, en lo personal, una temporada cuanto menos surrealista. Lo único que le faltaba era algo como lo que le sucedió ayer. Sorloth fue derribado dentro del área y Cuadra Fernández no dudó. Penalti y el sueco, como sucediera el lunes pasado ante el Espanyol, cogió la responsabilidad. Sorloth, en esta ocasión, no tuvo que espantar moscas. Isak cogió carrerilla y justo antes de golpear, frenó en su carrera, protagonizando la conocida paradinha. El balón acabó dentro de la portería de Edgar Badía, pero tanto el portero como sus compañeros del Elche acudieron raudos y veloces donde el colegiado madrileño, que ya sabía lo que tenía que hacer. Amarilla para Isak y balón para el Elche.
Es la jugada que puede definir la temporada que está realizando Alexander Isak, que tampoco ayer tuvo la clarividencia necesaria para perforar, de una manera legal, la portería defendida por Badía.
Que Isak está falto de confianza es un hecho. Solo hay que ver la manera en la que ejecutó la primera acción de peligro protagonizada por el conjunto blanquiazul. Silva le puso un balón inmejorable dentro del área, pero el sueco disparó muy centrado y el portero catalán del Elche no tuvo problemas para atrapar la pelota. El canario se llevaba las manos a la cabeza. No era para menos. La oportunidad había sido muy clara. Era el minuto 10.
No es que a Isak se le vea poco participativo. No, lo intenta. Pide el balón, encara, pero su falta de pegada en el presente campeonato está siendo más que llamativa. Solo lleva cinco goles en el campeonato liguero, una cifra irrisoria teniendo en cuenta el potencial que se le presupone. Ayer, sus goles no hicieron falta para que la Real sumara tres nuevos puntos. Menos mal. Ayer cogieron el testigo un gran Sorloth y un enorme Robin Le Normand. Pero la victoria hubiera sido más abultada si Isak, primero, no hubiera infringido una regla y, segundo, si hubiera acertado alguna de las oportunidades de las que dispuso. Porque la del minuto 10 no fue la única, no.
Tuvo una participación mínima en la jugada del empate a uno, El balón robado por Sorloth en primera instancia acabó en el sueco, que condujo hacia la izquierda, dejándosela en primera instancia a Rico, y este a Silva. Centro perfecto del canario y cabezazo del noruego. Era el minuto 32. Seis más tarde, Isak estuvo, otra vez, muy cerca de marcar, pero se cruzó en su camino Palacios para desviar el balón a saque de esquina. Excelente jugada por la derecha de un imparable ayer Sorloth y el pase atrás de este lo dejaron pasar Zubimendi y Silva. El balón le llegó al sueco que, con la derecha, disparó con tan mala fortuna que el balón tropezó en el defensor colombiano del Elche.
En el minuto 64 también dejó pasar una situación inmejorable para perforar la portería defendida por Édgar Badía, pero su disparo, de nuevo muy centrado, fue repelido por el citado guardameta, al que le dio tiempo a levantarse del suelo para desviar la pelota impulsada por el delantero del equipo blanquiazul, que continúa con su gafe particular en este 2022 pese a que el lunes pasado sí que fue capaz de batir a Oier Olazabal. Eso sí, lo hizo desde el punto de penalti.
Hubo una última acción con Isak como protagonista. Un buen balón filtrado por Merino acabó en los pies del sueco, que se revolvió de la mejor de las maneras. La pelota acabó en los pies de Silva que vio a Portu, desmarcado, en el segundo palo, pero el balón fue interceptado por Mojica, que mandó el balón a saque de esquina.
La Real terminó sumando otros tres puntos de oro en su camino hacia Europa. Lo hizo con remontada de por medio y protagonizando una de las jugadas más rocambolescas en la historia de la competición. Es difícil ver que un penalti a favor termine con el lanzador amonestado y con el balón en posesión del equipo rival. Eso le pasó ayer al equipo blanquiazul y más en concreto a Alexander Isak, que seguramente no volverá a tropezar en la misma piedra. La paradinha ya es cosa del pasado, como también lo es el encuentro de ayer. Que pase el Betis.
El delantero realista pide el balón, encara, pero su falta de pegada en el presente campeonato está siendo más que llamativa