Tienes a tu cachorro en tus manos. La más reciente generación de una estirpe de perros seleccionados durante cientos de años para realizar complicadas funciones: pastorear del alba al atardecer, acompañar a una unidad canina del ejército, localizar a personas desaparecidas tras un desastre natural.

Tienes a tu cachorro en tus manos porque sus ancestros superaron complicados filtros de selección, porque eran extremadamente sensibles, colaborativos, fuertes, inquietos ágiles, activos y resolutivos.

Quizás no pensaste en ello, o no te informaste; tal vez te pareció hermoso; o el te eligió a ti; o escuchaste que esta raza es especialmente inteligente; a lo mejor, siempre has deseado tener un perro fuerte, de una apariencia con la que te sientes identificado. No lo se. En años de trabajo con perros he escuchado y visto de todo.

Pero la realidad, lo importante, es que tu cachorro lleva en sus genes el legado de sus antepasados. Un legado que contiene sensibilidad, fortaleza, tenacidad y dinamismo. Y ese legado te exigirá. Tu propio perro te irá diciendo si estás a su altura.

Cada vez veo más border collies, pastores belga malinois y muchos otros tipos de perro en nuestras ciudades y pueblos, en hogares en los que no se les entiende, con vidas absolutamente contrarias a su naturaleza.

Creo que muchas veces no nos hacemos las preguntas adecuadas antes de incorporar un perro a nuestra vida. ¿Qué tipo de perro es? ¿Qué necesitará para ser feliz? ¿Seré yo capaz de dárselo?

Elige un compañero canino adecuado para ti, tu vida, tus gustos y posibilidades… Y piénsalo bien, infórmate, aprende, por favor. La vida de un maravilloso ser que no ha elegido voluntariamente formar parte de la tuya, depende de ello.