Eleizondo homenajea a Iñaki Lejarza, su último campanero

La barriada de Eleizondo, en la localidad arratiana de Zeanuri, se volcó el domingo con la celebración de su sencilla, pero muy entrañable, fiesta de San Valentín. La novedad, en esta edición, fue volver a disfrutar del espectáculo sonoro y visual del volteo manual de las campanas de la parroquia de Andra Mari, una ancestral manera de llamar a misa que dejó de realizarse en 1994. Tres décadas después, el protagonismo del acto recayó en los hermanos Pedro y José Antonio Lejarza, hijos del último campanero de este templo religioso. Su aita, Iñaki Lejarza, fue testigo de honor de los toques emitidos a las 11.00 y a las 11.30 horas, aunque por su avanzada edad no pudo acceder al campanario. Quienes sí subieron las más de cien escaleras de la torre fueron varios vecinos y vecinas “para ver el volteo in situ”, destacaron desde la organización del evento.

Tras la segunda llamada a misa dio inicio el oficio religioso en la parroquia de Andra Mari y el posterior traslado en procesión de la imagen de San Valentín a la ermita de la Piedad, ubicada a tan solo 50 metros de distancia. Uno de los momentos más emotivos fue cuando los niños y niñas del grupo de danzas Arriquibar ofrecieron un baile ante la figura del santo antes de proseguir su lento caminar a hombros de los feligreses hacia el pequeño templo donde permanecerá hasta el próximo año.

Medición de la encina

El tronco de la emblemática encina mide ya 194 centímetros.

Con la imagen de San Valentín ya asentada en el interior de la ermita de La Piedad, dio comienzo el acto de medición de la encina anexa, una tradición que se repite, año tras año, desde 1959. El año pasado, más de seis décadas después de su plantación, el tamaño de la circunferencia del tronco a 15 centímetros de altura era de 193 centímetros y su crecimiento en estos doce meses ha sido de “un centímetro alcanzando ya los 194”, precisaron.

Tras medir la encina, “Igor Intxaurraga, el mayordomo de 2024, pasó las llaves de la ermita y el libro de actas a Iñaki Lejarza que, con 91 años, es el vecino más veterano de Eleizondo y el último campanero”. Y en ese momento, ante la atenta y emocionada mirada de sus hijos, familiares, amigos y convecinos, Iñaki recibió un cariñoso reconocimiento con la entrega de un ramo de flores y el caluroso aplauso de todos los asistentes.

Para dar por finalizada la fiesta, se repartió el barauskarria, un tentempié que se ofrece en todos los festejos de las ermitas de Zeanuri “y que en Eleizondo consiste en la degustación de tocino y pamitxa”.