El colorido mural que desde 1993 adornaba la parte trasera del edificio de la casa de asociaciones Simone de Beauvoir ha pasado a mejor vida. La rehabilitación energética del inmueble se lo ha llevado por delante al ser “incompatible” con los trabajos de impermeabilización de la fachada.
Al igual que en el caso de la escultura de Joaquín Lucarini en un edificio de la Avenida Santiago, la pintura del artista vitoriano José Luis Álvarez Vélez ha sido eliminada en pro de la eficiencia energética.
"Incompatible"
“La rehabilitación de la fachada no era compatible con el mural existente y los propietarios continuaron con la obra por una cuestión práctica”, ha explicado este martes la concejala de Cultura, Estíbaliz Canto, en comisión municipal ante los requerimientos del Partido Popular.
“No creo que estemos ante un caso de destrucción de patrimonio. El informe del arquitecto lo dejaba claro y lo entendemos como justificado. El Ayuntamiento habló con su autor y Cultura no tiene mucho más que decir al respecto”, ha añadido Canto.
La concejala ha expuesto que las obras en el edificio arrancaron antes de que se estableciera en el Ayuntamiento un protocolo de coordinación para tratar de proteger las obras artísticas. Una decisión que tomó el Consistorio a raíz de la polémica que suscitó la supresión de la pieza de Lucarini.
"Llueve sobre mojado"
El Partido Popular ha reclamado elaborar “un protocolo” entre los departamentos de Cultura y Territorio para que esta situación “no vuelva a ocurrir”. “Ya son dos veces. Llueve sobre mojado”, ha lamentado su concejala Elisabeth Ochoa de Eribe.
Ochoa de Eribe ha reclamado “no ningunear la importancia del arte urbano”, antes de exponer que el mural era “una obra de especial interés”, “pionera” en la ruta muralística de la ciudad. “Fue pintada en 1993 con silicatos traídos desde Alemania que aguantan mejor las inclemencias del tiempo”.
Para el PP, el trato con el artista tampoco ha sido el correcto. “El autor no está contento. Propuso una serie de soluciones que el arquitecto no quiso tener en cuenta”.
Canto ha dicho comprender “el malestar” del artista, aunque también ha querido dejar claro que “no es una obra catalogada”. “Los murales están inventariados, pero no catalogados”, además de ser obras que tienen un “concepto de efímero”, ha agregado.
La obra de eficiencia energética se desarrolló sobre la fachada norte del edificio, “la más importante” a la hora de amortiguar el frío y, “atendiendo a los informes técnicos, Cultura los da por justificados”, ha sentenciado la concejala de Cultura.