Aitor Elizegi ha publicado este jueves un artículo en su blog personal en el que pide el voto a favor de los once puntos que se someterán al designio de los socios compromisarios en la Asamblea General del próximo miércoles en el palacio Euskalduna. Bajo el título de ‘Economía de guerra’, mismos términos que los actuales gestores de Ibaigane han empleado para describir el panorama actual que afronta el club, el expresidente rojiblanco defiende que el órgano soberano apoye las propuestas de Jon Uriarte. Dice que es tiempo de arrimar el hombro. Aunque le deja un recado y muestra su disconformidad con los criterios contables que ha utilizado para cerrar el pasado ejercicio. Unas cuentas que llevan la firma del cocinero, que fijó un déficit de 3,5 millones, por los efectos del covid, y que ahora el equipo de Uriarte establece en 10,6. Una diferencia sustancial.
Tras un maratón de seis Asambleas en dieciocho meses, “tenemos la oportunidad de dar carpetazo a uno de los periodos más complejos de la reciente historia moderna de nuestra entidad”, señala Elizegi, que pone en valor el trabajo de su junta: “Durante los últimos meses hemos oído a los protagonistas del gobierno del club hablar de economías de guerra, situación de partida mala o inercias contables y presupuestarias de obligado giro. El tiempo pondrá en su sitio los resultados obtenidos desde las decisiones deportivas y en el terreno de juego durante estas tres temporadas y media por las diferentes categorías femeninas y masculinas del club, es en este momento donde me parece imprescindible detenerme unos segundos y agradecer públicamente a la anterior junta directiva que he tenido el honor de presidir su trabajo y esfuerzo”.
Elizegi, cuya intención no es, según indica, entrar a valorar las propuestas y “mucho menos” la decisiones que está tomando la actual junta directiva, en las que considera que su “único papel público debería ser el apoyo o el silencio más respetuoso”, sí que se moja sobre la gestión y cierre de las cuentas de la temporada 21-22, “foto del legado que adquiere más o menos calidad en función del contador del relato”. Aquí discrepa con su sucesor: “A mi entender se toman decisiones extraordinarias, unilaterales, dotando a provisiones unas posibles contingencias provocadas por los descuentos a aplicar en los próximos veinte años a las cuotas de los socios y socias reubicados para posibilitar el desarrollo de la Grada Popular aprobada por la Asamblea el pasado 7 de abril; dotaciones que valoran en una cifra cercana a los seis millones de euros”.
“Este asiento (prosigue Elizegi) pretende dar certeza a un hecho de una variabilidad manifiesta en cada ejercicio contable. Desde esta ligereza, sorprende que en este imaginario balance no se contabilicen aumentos directos y automáticos que se recogen de los ingresos provenientes de la suma de nuevos gazte abono, el esfuerzo de socios reubicados que en muchos casos abonan una cuota mayor o cuentas tan sencillas como el valor de las localidades disponibles para nuevas altas liberadas por los socios y socias que se han desplazado a la nueva grada popular”.
"Los únicos números rojos llegaban desde el efecto covid"
“Lejos de compartir los criterios aplicados se fortalece la bolsa de la provisión desde una mirada a corto plazo, posiblemente debilitando el patrimonio que el club administrará a medio plazo. Por otra parte, la dotación realizada, de contemplarse, resulta excesiva en el tiempo y en la cantidad, ensombrece la imagen de un ejercicio superado con buena nota, donde los únicos números rojos llegaban desde el efecto covid, a la vez fiscaliza innecesariamente un proyecto que pertenece ya al patrimonio del club, conduce a equívocos en el diagnóstico de los riesgos y pasivos que asume la entidad para desarrollar esta iniciativa, que en realidad es una clara oportunidad transversal para reordenar al completo el nuevo estadio desde una perspectiva social y económica que será claramente positiva en un número reducido de ejercicios”, añade el expresidente, que no tuvo ninguna Asamblea tranquila cuando le tocó rendir cuentas.
Señala también Elizegi “que las juntas directivas del Athletic no hemos identificado como pasivos, menos aún a veinte años, los descuentos que el club aplica a lo largo y ancho del estadio; entendíamos que buscan ayudar a promocionar otras localidades, bloques o situaciones sociales específicas de nuestros socios y abonados generando un impacto positivo en el balance global”.
Sobre el traspaso de poderes, Elizegi dice que “es obvio que la comunicación entre directiva saliente y entrante en el desarrollo de estas decisiones y de la memoria adjunta que las recogen podría haber sido más fluida, en un escenario de confianza y respeto que considero se ha contribuido a crear. Aclarar que el objetivo será siempre mantener un tono de respeto ahora y una vez superada esta Asamblea”.