Emakunde le declara la guerra a la 'manosfera'

Emakunde se ha marcado como objetivo de legislatura el combatir los efectos de la manosfera, ese espacio digital cargado de mensajes misóginos que se ha abierto hueco en el imaginario adolescente. Y vaya si los discursos negacionistas y antifeministas que difunden quienes mueven los hilos de la manosfera –incels, ultras y gurús del pille– han dado en su público diana. Hace tan solo unos días, el Ararteko advertía de que cada vez más, los chicos adolescentes se presentan como “víctimas del feminismo”. El estudio Actitudes machistas entre la población adolescente y joven de Euskadi ponía de manifiesto que aunque mayoritariamente la juventud reconoce que la violencia machista es un problema social de primera magnitud, las diferencias por sexo son muy significativas. Las jóvenes (74%) lo tienen mucho más claro que los jóvenes (50%).

Además, no a todas las formas de violencia contra las mujeres se les atribuye la misma importancia y algunas de ellas se trivializan y se asumen como inevitables. El Ararteko incidía, asimismo, en que el intenso uso que hace la juventud de las redes sociales y de Internet la hace “especialmente vulnerables a esta forma de violencia”. Por este motivo, Emakunde usará las tecnologías para inocular mensajes que contrarresten la creciente involución que vive la lucha por la igualdad entre los más jóvenes. Gasteak berdintasunean 2.0 o el concurso audiovisual Berdur Barik son algunos de los programas señeros en este propósito. Como novedad, se pondrá en marcha proyectos como Gela Morea, un programa itinerante para sensibilizar y prevenir esta violencia focalizado en adolescentes y jóvenes. Por otro lado, el servicio Tratu on –dirigido al fomento de los buenos tratos– prestará apoyo a los chicos y jóvenes que lo necesiten.

La respuesta digital contra la reacción en las redes frente a los avances obrados en materia de igualdad es una de las prioridades que se ha marchado Emakunde para los próximos años, tal y como señaló en el Parlamento Vasco la directora del Instituto Vasco de la Mujer, Miren Elgarresta. En este sentido, apuntó como principales amenazas “el avance de los discursos negacionistas de la violencia machista contra las mujeres, una banalización de dicha violencia, una reacción antifeminista o un intento de convertir a los hombres en víctimas ante los cambios relacionados con la igualdad y la violencia machista”.

VIOLENCIA MACHISTA E IGUALDAD

La prevención de la violencia machista y la defensa de los derechos la mujer seguirán copando buena parte de los esfuerzo del Instituto creado en 1988. Según recordó Elgarresta, desde 2003 un total de 54 mujeres han sido asesinadas en Euskadi por sus parejas o exparejas y en 2023 hubo 6.572 denuncias por esta violencia. Así anunció que en esta legislatura se abordará la tercera parte del proyecto de Gestión integrada de expedientes de mujeres víctimas de violencia machista. En esta fase el portal EKIM (Violencia machista contra las mujeres en sus siglas en euskera), que informa de las prestaciones y servicios de las instituciones para las víctimas, permitirá compartir información y crear un único expediente electrónico de cada víctima. De manera, todos los servicios volcarán la información en una única base de datos.

CUIDADOS

Según Elgarresta, se trabajará por “humanizar la respuesta institucional” a estas mujeres, por ofrecerles una “completa recuperación” con recursos públicos y por una mayor “reparación colectiva”, lo que incluye el fomento del rechazo público a las agresiones machistas. La directora de Emakunde dijo que pondrá también el foco en avanzar hacia un reparto más equilibrado de las tareas domésticas y de cuidados ya que ahora las mujeres dedican más tiempo: 4,9 horas a cuidar a hijos menores (3,5 horas los hombres) y 2,1 a las labores de casa (1,6 ellos). Para avanzar hacia una “democracia cuidadora” se tratará de dar una mayor visibilización y valoración a este tipo de tareas porque “la invisibilidad de los cuidados, su poca valoración o su distribución desequilibrada repercute directamente en la desigualdad de mujeres y hombres”.

Otro de los objetivos será el empoderamiento de las mujeres y su participación sociopolítica, lo que pasa por lograr la autonomía económica. En este terreno el objetivo de la Estrategia 2030 para la Igualdad es reducir en 5 puntos la brecha salarial de género, que actualmente es del 17,8% (unos 6.000 euros menos al año). “Ha habido avances notables en las últimas décadas pero todavía hay mucho por hacer. No podemos quedarnos parados y necesitamos colaboración, especialmente teniendo en cuenta el riesgo que hay en la actualidad de retroceder en algunos ámbitos”, advirtió Elgarresta, que instó a “estar atentos a la reacción machista contra la igualdad que se extiende por el mundo con ayuda de la tecnología”.