Emergencias atendió más de 122.000 incidentes el año pasado en Bizkaia

En el Centro de Atención de Emergencias de Euskadi, SOS Deiak, nunca se apagan las luces. Siempre hay alguien despierto, pendiente del teléfono y de las pantallas; decidido a responder con rapidez y con seguridad al problema que se le plantea. Sin importar la hora ni el día que sea. En menos de dos minutos, el equipo de profesionales que responde al 112 son capaces de obtener toda la información que necesitan para movilizar los recursos que hagan falta; y el tiempo empleado para transmitir la alerta y activar esos servicios es inferior a los 90 segundos en el 95% de los casos.

Y el año pasado, sin ir más lejos, atendieron un total de 412.517 llamadas telefónicas que finalmente derivaron en 122.465 incidentes que sí requirieron de la correspondiente intervención por parte de la Ertzaintza, Bomberos u Osakidetza. Hay veces que la voz de alarma ante un único episodio (un accidente de tráfico, un incendio, una pelea, cortes de luz, inundaciones…) llega a través de multitud de telefonazos; de ahí la diferencia entre las llamadas recibidas y los incidentes gestionados por el Centro de Coordinación de Emergencias.

“Por norma general, la gente utiliza adecuadamente el teléfono 112 para situaciones de emergencia. Hay algún caso que otro en el que el uso de esta herramienta no es el más adecuado, pero hablamos de cifras residuales en el conjunto de las 761.575 llamadas que se atendieron el año pasado en Euskadi”, expresaba Maider Larrañaga, responsable del centro de coordinación SOS Deiak, donde 55 profesionales atienden todas esas llamadas de emergencias y otras 60 se encargan de realizar el seguimiento y la coordinación del conjunto de las emergencias.

La mayoría de los avisos que se reciben tienen que ver con las urgencias médicas. De siempre ha sido así. Antes incluso de la pandemia ya lo era. Hasta el punto de que uno de cada cuatro incidentes gestionados por el Centro de Coordinación de Emergencias de Euskadi está vinculado con esa categoría. Los datos estadísticos lo confirman: el año pasado en Bizkaia fueron 31.499 de un total de 122.465 percances gestionados (26%); en 2021 representaron 26.889 de un total de 108.074 incidentes (25%); un año antes, en 2020, hubo 28.804 incidentes de esa naturaleza sobre un total de 103.177 (27%) y el curso de 2019 se cerró con 28.974 sucesos de un total 111.244 incidentes (26%).

Las salidas agrupadas bajo el epígrafe Urgencias médicas no son las únicas que mantienen el tipo año tras año. Ahí están los siniestros en las carreteras, los accidentes sufridos por las personas tales como caídas y golpes, los rescates –tanto en la montaña como en el medio urbano–, los episodios de climatología adversa o los incendios, por citar solo algunos de ellos. El año pasado, por ejemplo, fue un ejercicio especialmente intenso en este último capítulo. Hubo más de cuatro mil incidentes (4.005, en concreto) cuando un año antes, en 2021, se computaron tres mil exactos.

Jornadas señaladas

“La experiencia nos dice que en fechas señaladas como Navidad, Fin de Año, Reyes, operaciones especiales de Tráfico, fiestas patronales y eventos multitudinarios es necesario reforzar los turnos dado que se incrementa la actividad”, explicaba la responsable del Centro de Coordinación de Emergencias de Euskadi en declaraciones a DEIA. Y por otro lado están las situaciones sobrevenidas como los fenómenos meteorológicos adversos que dan lugar a un incremento significativo de la actividad telefónica “y de la gestión incidental”, detallaba Larrañaga.

Sobrevenida fue también la pandemia y su invasión en las distintas capas de la vida pública. Su influencia –en forma de confinamiento primero y restricciones a la movilidad después– se dejó notar en las estadísticas que manejan en la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología (DAEM) del Gobierno vasco. Sobre todo en lo que se refiere a las cifras registradas durante el mes de abril y siguientes. De hecho, en el mes de abril de 2020, las actuaciones cayeron de las 16.495 del año 2019 a 12.132 lo que supone una bajada del 27%. Esta tendencia se mantuvo de forma más moderada hasta el verano, cuando finalizó el confinamiento, volviendo a final de año a reducirse la siniestralidad con la nueva reducción de movilidad.

“Lo más llamativo quizá fue la ausencia de incidencias habidas en el medio natural, tanto en búsquedas como en rescates”, recordaba la responsable del Centro de Coordinación de Emergencias de Euskadi. En todo aquel mes de abril de 2020 no se produjo ningún rescate y tan solo se movilizaron recursos de Emergencias en dos búsquedas. Hasta que se levantó la veda. Solo un mes después, en mayo, fue necesario intervenir en 51 rescates. En todo caso, Maider Larrañaga considera que en el caso de las actividades al aire libre, “la inmensa mayoría de los incidentes obedecen a accidentes que pueden ocurrirnos a cualquiera de nosotros, no a negligencias”.

Así y todo, la cantidad de incidentes vizcainos gestionados desde el Centro de Coordinación de Emergencias emplazado en Bilbao se mantiene constante en el tiempo. Salvo ese declive pandémico –dejó en 103.177 los expedientes para ese 2020 cuando un año antes, en 2019, fueron 111.244– los sucesos atendidos se distribuyen sin apenas cambios en los referente al origen de la llamada al 112.