Emisiones de radio y televisión junto con programas de acceso comunitario intentan sortear, con apoyo de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), la prohibición de los talibán de que las mujeres y las niñas afganas de más de 12 años asistan a centros educativos.
Casi tres años después del retorno al poder de los talibán, que ocuparon Kabul el 15 de agosto de 2021, esa prohibición supone “la ruptura de un derecho fundamental”, por lo que la Unesco insiste en pedir “el retorno incondicional de niñas y mujeres a las aulas”, señala Hoda Jaberian, una responsable de la organización.
“Estamos trabajando en formas alternativas, como el aprendizaje activo, pero nada puede sustituir a la asistencia a las aulas”, explicó en un foro en línea Jaberian, coordinadora de programas en la sección de Migración, Desplazamiento, Emergencias y Educación de la Unesco.
La prohibición talibán afecta también a las mujeres maestras, lo que implica una falta de educadores, que termina perjudicando además a la enseñanza de los niños y jóvenes varones, añadió.
Por ello, la Unesco trabaja en varios niveles para promover la educación femenina, siendo el primero la enseñanza dentro de las comunidades, con formadores cualificados que trabajan en barrios y pueblos.
Igualmente da soporte a programas para los refugiados afganos en los vecinos Pakistán y Tayikistán, a fin de ayudarles con el aprendizaje de la lengua y con actividades de integración.
Periodistas con limitaciones
Los medios de comunicación “son uno de los pocos sectores en los que las mujeres pueden trabajar, pero con muchas limitaciones”, explicó por su parte Antonia Eser-Ruperti, especialista de Unesco en seguridad de medios. Por ejemplo, las mujeres periodistas no pueden compartir espacios con hombres, no pueden entrevistar ni ser entrevistadas por hombres, y tampoco pueden desplazarse por su trabajo sin acompañante masculino, detalló.
Entre el 80 % y el 90 % de las mujeres periodistas afganas perdió su trabajo tras la toma del poder por los talibán, muchas de las cuales eran “el único sostén de sus familias”, según Eser-Ruperti, que recalcó que se han producido “detenciones arbitrarias” de periodistas.
La emisora Radio Begum (’princesa’) emite seis horas al día de programas educativos en pastún y dari, pero los programas radiofónicos “tienen sus límites. No pueden enseñar adecuadamente matemáticas o ciencias”, afirma Hamida Aman, periodista y fundadora de esa iniciativa.
Por ello, en abril de este año comenzó a funcionar Begum TV, que emite series, entretenimiento y también programas educativos, de salud, incluida la salud mental, entre otros temas, gracias a que “la imagen es una herramienta muy poderosa”. Ambas iniciativas están separadas legal y geográficamente, lo que permite sortear el marco legal talibán sin temor a represalias.
Para los talibán, el problema no es que las mujeres se eduquen, sino que salgan de sus casas, explica la Unesco. Aún así, Eser-Ruperti considera que “los medios no pueden sustituir la escolarización”.
La Unesco centra su labor en Afganistán en actividades concretas para garantizar, proteger y dar prioridad al derecho a la educación de toda la población afgana, especialmente de las niñas y las mujeres, tratando fundamentalmente de impartir clases de alfabetización en la comunidad.
También se esfuerza en fortalecer el sistema de educación superior y apoyar el acceso de los afganos a este tipo de educación, especialmente de las mujeres mediante la llamada ‘Iniciativa de seguimiento de los datos sobre la educación’.
Asimismo, ha creado un centro de formación de docentes para las refugiadas afganas en Irán.
En cifras
1,1 m
Desde el 23 de marzo de 2022, 1,1 millones de niñas afganas de la enseñanza secundaria no pueden asistir a la escuela secundaria hasta nuevo aviso del régimen talibán.
60%
La crisis actual que vive Afganistán también ha tenido una repercusión perjudicial en las jóvenes de la educación superior, ya que se ha registrado un descenso del 60% en las inscripciones.
40 A
Cuatro décadas de guerra interminable, lo que unido a catástrofes naturales recurrentes como terremotos, la pobreza crónica, la sequía y la pandemia de covid-19 han hecho mella en la población afgana. El país hace frente a una crisis humanitaria sin precedentes, con grave riesgo de colapso sistémico y de catástrofe humana.
Vaticano
El Papa pide el fin de la discriminación
El factor religioso. El papa Francisco ha pedido esfuerzos para que sean eliminadas las discriminaciones étnicas en Pakistán y Afganistán, especialmente contra las mujeres, en un llamamiento al final de una audiencia general celebrada en el aula Pablo VI del Vaticano. Francisco recibió a representantes de la comunidad afgana y pakistaní en Italia a quienes señaló que “el factor religioso, por su naturaleza, debe contribuir a diluir la amargura de los conflictos, debe crear el espacio para que todos sean reconocidos con plenos derechos de ciudadanía, en pie de igualdad y sin discriminación”. Y lamentó que “la religión muchas veces es objeto de manipulación y explotación, y acaba sirviendo a fines no compatibles con ella“.