Decir que el fútbol no tiene memoria es tan tópico como incorrecto en según qué circunstancias. Afortunadamente, todavía se pueden presenciar muestras de reconocimiento a la valentía que tuvo el pasado sábado Karolina Sarasua en denunciar las graves amenazas de índole sexual que recibió en el encuentro que su equipo, Osasuna B, disputó ante el Nueva Montaña cántabro.
Los últimos equipos en sumarse a la innumerable lista de homenajes y mensajes de apoyo que ha recibido la delantera rojilla en los últimos días fueron los equipos de la categoría Infantil - Cadete del Valle de Egüés y el Mulier, durante el partido que disputaron en el Municipal de Sarriguren este martes. Ambos equipos, por iniciativa del conjunto local, pararon el encuentro en el minuto 9, en referencia al número que luce la jugadora afectada, y en corro, ambas plantillas se mezclaron y se abrazaron en un corro, haciendo partícipe del mismo a la colegiada del encuentro.
Mientras tanto, se podía escuchar a través de la megafonía un mensaje dirigido a "todas las personas que practican algún tipo de deporte, intentando, como siempre, corregir actitudes ofensivas en el mismo". Unas palabras que fueron aplaudidas por los asistentes en la grada y que en las últimas horas se han convertido en un ejemplo dentro del fútbol navarro.
El culpable de esta iniciativa ha sido José Javier Echeverría, entrenador del Valle de Egüés, que contó con el apoyo de Javier Ugalde e Irati Igoa, por parte del Mulier, así como de Iratze Mauleón, árbitra del encuentro.
"Recuerdo que hace poco vi en la Americana, a raíz de una denuncia de abusos sexuales en la que la justicia no había intervenido en seis años, que las jugadoras hicieron un corro y se arroparon unas a otras en el minuto seis", desvela el técnico.
"Él me escribe a la mañana y le decimos que adelante, porque desde el club apoyamos siempre todo este tipo de iniciativas sociales. Al final somos siempre un club únicamente femenino y todo lo que tiene que ver con la mujer en el aspecto social, incluso en el ámbito deportivo, apoyamos todas las causas", señala Javier Ugalde.
"He visto que todos despotricaban contra los chavales en redes sociales, que son delincuentes, pero no he entendido que no se hiciera nada después de escuchar la primera frase. El resto de comentarios que aparecen en el papel me sobran", agrega Echeverría, que considera "que el partido se debería haber parado y el problema es que no se hizo".
Es por ello por lo que el técnico del Valle de Egüés, antes de disputar el encuentro aplazado que tenía aplazado con el Mulier, le mandó el vídeo a Javier Ugalde "al que le pregunté que cómo veía hacer algo parecido. Queríamos aprovechar un minuto en concreto, y fue el 9, número que Karolina lleva en su camiseta. Hablamos también con la árbitra del encuentro, Iratze Mauleón, y estaba de acuerdo en hacerlo".
Responsabilidad social
"Yo estaba en la grada, porque era el director deportivo. La gente se preguntaba qué ocurría y desde megafonía lo explicaron. El público lo acogió muy bien. Los dos equipos representaron lo que tiene que ser el deporte. Fue un acto muy bonito y creo que reivindica toda la batalla que está siendo el fútbol femenino no sólo en el ámbito deportivo sino en toda la sociedad", reconoce Ugalde.
"Los adultos tenemos que intervenir en este tipo de incidentes, no puede ser que nos quedemos de brazos cruzados y esperemos al día siguiente", sentencia Echeverría, cuyo primer fin era concienciar a la sociedad, porque "tengo un lema que dice 'el silencio nos hace cómplices' y es así, si nos callamos somos cómplices de esa conducta", porque, "en ese caso está en riesgo la integridad psíquica de las jugadoras".
"Al final estamos jugando para que las chicas se lo pasen bien y hagan deporte", concluye Echeverría, que desvela que desde hace tiempo hace dibujos para explicar los partidos a sus jugadoras. "Los entrenadores ponen en una pizarra las formaciones, las flechas de táctica y así explican cómo juegan. Yo empecé con ello, pero me vine arriba y empecé a hacer dibujos. Cuando en un partido nos tuvimos que encerrar, dibujé un castillo, por ejemplo. Ahora, ante el Mulier, el dibujo era una casa, para resguardarnos del chaparrón que nos iba a caer por parte del Mulier. Después, viendo lo sucedido, cambié de enfoque y la casa simboliza que nos tenemos que proteger de las tormentas de fuera", apunta.
"Es responsabilidad de toda la sociedad. El otro día se pone de manifiesto de manera más grave el machismo que hay en el día a día. Ojalá no vuelva a suceder, pero si sucediera, evidentemente entendemos que tanto los cuerpos técnicos como la jugadora o la propia árbitra tengan la osadía de plantar cara a quien esté cometiendo esos comentarios. A esa gente hay que alejarla del deporte porque se tienen que integrar en la sociedad de este siglo XXI", finaliza Ugalde.