El juicio por el atentado terrorista de Niza (Francia) de 2016 comenzó este lunes en París seis años después de los hechos, que dejaron 86 fallecidos -15 de ellos menores- y más de 300 heridos, pero sin posibilidad de juzgar al autor, que fue abatido en el acto.
La Justicia tratará de dar respuesta al grado de implicación que los ocho acusados que se sientan en el banquillo tuvieron con Mohamed Lahouaiej Bouhlel, el conductor del camión de 19 toneladas que arremetió contra la multitud que se encontraban aquella noche viendo los fuegos artificiales por la Fiesta Nacional francesa del 14 de julio.
Tres de ellos están acusados de asociación criminal terrorista y otros cinco de asociación criminal, vinculados al terrorista, radicalizado unas semanas antes del ataque, por haberle proporcionado armas o ayudado a conseguir el camión.
Uno de ellos, Brahim Tritrou, se dio a la fuga en 2020 y no se encontraba este lunes presente en el Palacio de Justicia de París, pero el presidente del tribunal aclaró que se encuentra detenido en Túnez y que las autoridades judiciales locales no han respondido aún a la demanda de detención internacional que pesa sobre él.
"Que no haya autor directo ni cómplice cambia todo el proceso. Habrá que explicar que los que están en el banquillo no son responsables pero conocían el proyecto, si bien no todos los detalles. Sabían que Lahouaiej Bouhlel iba a hacer algo y puede que hasta lo aprobaran", señaló a la prensa el abogado de una de las acusaciones particulares, Antoine Casubolo Ferro, a la entrada de la audiencia.
64 audiencias
En la sala de 750 metros cuadrados en la que se celebra el juicio, con una duración estimada de 64 audiencias, la afluencia de víctimas, abogados y prensa fue este lunes mucho menor que en los dos grandes procesos de la macabra ola de atentados que golpeó Francia en 2015 y 2016, dejando más de 200 muertes.
En este caso son al menos 850 las partes civiles constituidas en el proceso, frente a los 2.000 de los atentados de noviembre de 2015, cuyo veredicto se conoció el pasado junio. Entonces, uno de los autores del atentado, Salah Abdeslam, comparecía desde el banquillo.
Sin embargo, en el tribunal se adelantó que hay nuevas partes que se han constituido en los últimos días y que podrían superar las 1.100.
La dificultad añadida en este juicio es que buena parte de las víctimas no podrán desplazarse a París o lo harán únicamente cuando comparezcan. En Niza, una investigación paralela aún en instrucción tratará de aclarar los fallos de seguridad que hubo.
El dispositivo policial desplegado aquella noche tenía en cuenta el riesgo de posibles ataques a pie de calle, pero no con el uso de un vehículo que, según algunas víctimas, no encontró ninguna barrera de seguridad que lo frenara aquel 14 de julio.