La resolución del 16 de agosto de 2016 del Ayuntamiento de Pamplona es evidente y deja claro que las exigencias sanitarias en las fiestas son rígidas, y en algunos casos de hacen cumplir inexorablemente. Gora Iruñea! recibió expediente sancionador en aquel año tras constatarse, "según Acta Sanitaria", que en la "inspección sanitaria a la barra de bar sita en la Plaza de Recoletas", se comprobó que "disponían de un fregadero con agua fría, con un caudal de agua insuficiente", y "no disponían de accesorios de uso higiénico"; las estanterías en las que dejaban las bebidas eran unos "andamios con restos de cemento", y las instalaciones se situaban directamente sobre el "pavimento" de la calle.
La multa, entonces de 200 euros, fue interpuesta en los años del Gobierno de Asiron, en aplicación de la normativa que había desarrollado UPN en 2014. En Sanfermines, y máxime en actividades de atención al público, el cuidado de la higiene debe ser escrupuloso para evitar intoxicaciones, y así se debe exigir pero en todos los casos. Otro ejemplo, la txozna de Lakabe también fue sancionada ese año por que "no disponían de lavamanos ni fregadero en el recinto donde elaboraban los alimentos. Con agua fría únicamente, y conexión a desagüe, pero el grifo, de accionamiento manual". La multa fue de 250 euros.
Las condiciones a colectivos populares, como en su día a Gora Iruñea! son muy exigentes.En la autorización de 2015 para el uso del Parque de la Runa, además de todo lo relativo a higiene alimentaria, agua caliente, se les exigía baños propios, contenedores, un seguro de Responsabilidad Civil de 600.000 euros y hasta un puesto de socorro dotado de ambulancias.