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Vida y estilo

“En algunos linfomas tenemos ya tasas de curación del 50%”

“Los largos supervivientes de cáncer sanguíneo ganan peso en los sistemas sanitarios”, afirma la doctora Izaskun Zeberio Etxetxipia, hematóloga en el Hospital Universitario Donostia y participante en la VIII Jornada de Divulgación Hematoavanza, organizada
Izaskun Zeberio Etxetxipia, hematóloga en el Hospital Universitario Donostia.
Izaskun Zeberio Etxetxipia, hematóloga en el Hospital Universitario Donostia. / José Luis Pindao

En lo que al cáncer sanguíneo se refiere, “el seguimiento a largo plazo de los pacientes libres de enfermedad comienza cuando termina el cuidado oncológico rutinario, usualmente a los cinco años de haber terminado el tratamiento, y el paciente está curado”, afirmó Izaskun Zeberio durante la VIII Jornada de Divulgación Hematoavanza, organizada por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

Es crucial porque los pacientes pueden presentar efectos tardíos de la enfermedad, y/o complicaciones derivadas de su tratamiento, que deben ser prevenidas, diagnosticadas y tratadas eficazmente. “Al menos dos tercios de los supervivientes de cáncer desarrollarán dichas complicaciones, que pueden ser físicas (Enfermedad de Injerto Contra Receptor-EICR crónica que es una complicación inmunomediada sistémica, cánceres secundarios y enfermedad cardiovascular fundamentalmente) o piscosociales”, añade.

QUIEN ES

Izaskun Zeberio Etxetxipia nació en Tolosa (Gipuzkoa) en 1970. Estudió Medicina y Cirugía en la Universidad de Navarra y realizó la residencia en Hematología y Hemoterapia en el Hospital Virgen del Camino de Pamplona. Entre 2011-2013 realizó una estancia de 24 meses como Clinical Investigator en la Unidad de Trasplante de precursores hematopoyéticos y en la Unidad de Linfoma del Hospital Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. Desde 2014 trabaja como adjunta del Departamento de Hematología y Hemoterapia del Hospital Donostia en la Unidad de linfomas y de terapias avanzadas. Es profesora asociada de Hematología en la UPV.

Escuchar cáncer como diagnóstico sigue siendo terrible, aunque con diferencias. Caso de ser un hemato-cáncer. ¿En qué probabilidades de supervivencia nos movemos?

En las enfermedades hemato-oncológicas son tumores graves pero con una alta tasa de curación, bastante superior a la mayoría de los tumores sólidos; la tasa de curación y supervivencia de estos pacientes depende de la enfermedad. Por ejemplo, en los linfomas agresivos, entre ellos los más frecuentes son linfomas de Hodgkin, de células grandes, tenemos tasas de curación en torno a un 60-70%, que es muy alto. En las leucemias agudas depende del subtipo, pero estamos ya entre un 30-40%. Mucha gente, por suerte, se cura de estas enfermedades.

De todos los hemato-cánceres, ¿cuáles son los de mejor y peor pronóstico, glóbulos blancos, glóbulos rojos…?

En hematología hay muchas enfermedades crónicas, que no se curan nunca, pero los pacientes conviven con ellas con buena calidad de vida. Al decir tasa de curación hablamos sobre aquellas enfermedades agresivas en las cuales se hacen tratamientos intensivos. Estas enfermedades al principio asustan mucho a los pacientes porque la enfermedad está muy activa, la maquinaria en marcha continuamente es muy sensible al tratamiento y las tasas de curación son muy altas. Por tanto, no hay una fórmula para todas las enfermedades, pero sí el mensaje de que muchos cronifican y conviven con calidad de vida con su patología y, por supuesto, otros muchos se curan de las enfermedades agresivas.

¿Al diagnosticar y tratar estos cánceres es importante su origen, si son genéticos o ambientales o de comportamiento? ¿Cuál es el origen más frecuente?

La mayoría de estos cánceres no son hereditarios, por suerte. Lo queremos dejar muy claro, es el azar el que hace que una célula de esa persona sufra una mutación, un daño, y eso genere el cáncer hematológico, pero no se transmite a la descendencia. Al paciente también les decimos que le puede ocurrir a cualquier otro, que no depende de los hábitos de vida que haya tenido, del estrés, de la contaminación… no está demostrado que sean causas generadoras de estas enfermedades.

¿Este tipo de cánceres en qué tramos de la vida afecta más, en la adolescencia, en la madurez… o en la vejez? ¿A qué edades los pronósticos son mejores?

El cáncer afecta más a la gente mayor. Personas que están expuestas a que las células del cuerpo sufran más daño y, por tanto, puedan desarrollar cáncer. Con la edad, el sistema inmune controla menos las posibles células cancerígenas que todos podemos tener y por esa mayor posibilidad de exposición a tóxicos y más eventos que dañen las células y menor control inmunológico, la mayoría de las enfermedades aparecen a partir de los 65 años, a excepción de algunas leucemias agudas, que aparecen en niños, adolescentes o adultos jóvenes, y el linfoma de Hodgkin. Lógicamente, todas las enfermedades son menos frecuentes en gente joven y el pronóstico en los jóvenes es mejor, porque la biología de estas enfermedades no es tan resistente, son más fáciles de tratar en los jóvenes porque van a tolerar mejor la toxicidad de los tratamientos, pero en la mayoría de los pacientes y a pesar de la edad, las tasas de curación también en mayores siguen siendo amplias.

Vemos a niños y jovencitos sufriendo linfomas, leucemias, ¿cuál es actualmente el pronóstico de salvación en estos tramos de edad? ¿Y de supervivencia con larga calidad de vida?

En niños, adolescentes y adultos jóvenes el cáncer es una excepción, pero en aquellos que la padecen, la tasa de curación es altísima. Es verdad que algunos pueden tener secuelas de la enfermedad y del tratamiento, por eso se hace mucho esfuerzo no solo en curar a estos pacientes, sino en individualizar los tratamientos para evitar toxicidad innecesaria y en esto también actualmente se está avanzando mucho.

En 2018 el nobel dr. James Allison me hablaba de sus técnicas de inmunoterapia. ¿Utilizan las CAR-T de manera personalizada? ¿Qué rango de éxito están teniendo?

La terapia CAR-T, que es extraer linfocitos T del paciente y modificarlos para que sean capaces de reconocer a los tumores, se está utilizando en España y por suerte tenemos acceso a estos fármacos y concretamente contra los linfomas agresivos no-Hodgkin de células grandes han supuesto una revolución. Muchos pacientes se curan con solo tratamiento de inmunoquimioterapia de primera línea, pero aquellos pacientes que no respondían a la primera línea no tenían muchas expectativas con los tratamientos que teníamos hasta hace poco. Para estos pacientes que no responden o recaen, la terapia CAR-T ha supuesto una revolución y con ella ya conseguimos curar a la mitad de estos pacientes en esta situación. También hay indicación en otras enfermedades. Empezamos a tener para linfomas indolentes como el folicular; vamos a tener la posibilidad de hacer CAR-T para mieloma en pacientes que ya han sido refractarios a múltiples líneas de, y en las leucemias linfoblásticas también en aquellos casos en los que los tratamientos que tenemos no funcionan. Se va ampliando la posibilidad de hacer terapias CAR-T en muchos cánceres, lo cual también es una revolución.

¿Cuáles son los tratamientos más habituales para tratar hemato-cánceres, quimioterapia, radioterapia, marcadores tumorales, inmunoterapia, CAR-T?

Muchos se curan con esos tratamientos que comentas inicialmente, pero para aquellos que no consiguen curarse, existen estas innovadoras alternativas terapéuticas que, aunque tienen un elevado coste, son sufragados por el sistema de salud y están dando muy buenos resultados.

Con frecuencia miramos a otras partes del mundo, pero Donostia está ahí mismo. ¿Qué nivel de referencia tiene Euskadi en estas novedosas terapias?

Por suerte, tenemos un sistema de salud público que hace mucha inversión en sistema de innovación que dan acceso a todos estos nuevos fármacos. Hoy en día, en la Comunidad Autónoma Vasca se ha designado el centro que va a utilizar todas estas terapias avanzadas, que está en Donostia; todos los pacientes de la CAV tienen la posibilidad de ser tratados con las terapias CAR-T en Donostia, lo que supone un gran avance. Esto es gracias al apoyo y la inversión que se ha hecho desde el Departamento de Salud del Gobierno vasco, el esfuerzo de los profesionales del Hospital Donostia; porque tiene que haber una alineación conjunta entre las instituciones que apoyen estas iniciativas y luego el compromiso de los profesionales. Así ha sido posible el implementar estas terapias en el País Vasco.

¿Cree que el cáncer en especial y en concreto los hemato-cánceres podrán curarse en algunos casos y en otros cronificarse con buen nivel de vida? Porque la curación definitiva parece más bien una quimera por ahora.

Nosotros, depende del tipo de enfermedad, tenemos altas tasas de curación, de más del 50% en algunos linfomas, en algunas leucemias menos; pero hay otras enfermedades que, gracias a la innovación con nuevos fármacos, ya no son quimioterápicos, sino que llamamos como medicina de precisión con fármacos diana, han permitido que los pacientes vivan tomando una medicación de forma crónica y con buena calidad de vida. Esto tiene también un gran impacto en el gasto farmacéutico y, por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad desde los hospitales para hacer un buen uso de estos recursos y lograr que el sistema sea sostenible. Eso también es un reto para nosotros.

2024-07-16T10:36:03+02:00
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