Cultura

En busca de la primera ópera en euskera

Donostia Ópera participa en el programa de micromecenazgo Piztu Meta! de la Diputación con el objetivo de recaudar dinero para ‘reconstruir’ la obra ‘Pudente’, de Serafín Baroja y José Antonio Santesteban
Donostia Ópera desea llevar ‘Pudente’ a escena en 2023. | FOTO: DONOSTIA ÓPERA

LA partitura completa de Pudente, primera ópera íntegramente en euskera escrita en el siglo XIX por los donostiarras Serafín Baroja y José Antonio Santesteban, se encuentra perdida. No obstante, desde Donostia Ópera, en colaboración con Eresbil, la buscan con esmero con el fin de poder representarla en 2023. De no encontrar la partitura completa, procederán a reconstruirla, uniendo los fragmentos que ya se conocen y ejecutando un trabajo museológico para el que, por supuesto, también se necesita financiación. Este es uno de los proyectos seleccionados por la iniciativa Piztu Meta! de la Diputación, que permite la aportación económica de mecenas individuales.

El director artístico de Donostia Ópera, Jagoba Fadrique, subraya la importancia de esta pieza que está conformada por melodías populares: “Fue la antecesora de otras óperas que se hicieron mucho más famosas”. Se refiere a casos como Mirentxu, El caserío o Amaya, que aunque cuentan con mucha más música original –en estos casos, escrita por Jesús Guridi–, “también beben del folklore vasco”. “Cuando estudiaba me hablaban de las más reconocidas óperas vascas, como Mendi-mendiyan, de Usandizaga”, explica el también cantante lírico, para luego añadir que lo que se le venía a la cabeza al pensar en composiciones antiguas del País Vasco era la opereta El borracho burlado, que el Conde de Peñaflorida publicó en 1764, aunque esta solo tuviese unos fragmentos en euskera.

Por lo tanto, Fadrique reconoce que no conocía Pudente hasta que, un día, buscando repertorio para Divina Ópera –conciertos divulgativos que esta asociación suele hacer en noviembre– encontró en internet un comentario sobre la obra de Baroja y Santesteban. Ese apunte le llevó a descubrir una obra que se creó para los carnavales de 1884 en Donostia, cuando se decía que estas fiestas en la capital eran “de las mejores de Europa”. “Como nuestro objetivo como asociación es la difusión de la ópera, nos pareció que recuperar esta obra era perfecta”, afirma.

Parte del trabajo, en una versión para canto y piano, fue publicada por el propio Santesteban, pero la partitura orquestal está completamente perdida, no la encuentran. El propio Fadrique ha consultado en fondos como la Biblioteca Nacional, Eresbil y el Conservatorio de Donostia. También preguntaron en la Unión Artesana, no en vano, esta sociedad gastronómica, junto a la extinta La Fraternal, fue la que “apadrinó” el estreno de Pudente: “Vamos a seguir intentándolo, pero no hay manera de encontrarla”.

Entonces, ¿cómo resucitar Pudente en el siglo XXI? Pese a la ausencia de las partituras completas, lo que se encuentra disponible es el libreto completo de Serafín Baroja, que incluye anotaciones de qué melodía popular corresponde a cada escena y texto. “Lo que sí hizo Santesteban fue publicar muchísima música popular con acompañamiento de piano. Lo que haremos será conectar todo ese material con los apuntes que hace Baroja”, explica Fadrique, quien matiza que de la misma manera que la orquestación completa está perdida, también falta alguna de estas melodías populares: “Esperamos encontrarla, si no lo hiciésemos, deberemos hacer una recreación de lo que podría haber sido la armonización de Santesteban estudiando el resto de su obra”.

Para ello, Donostia Ópera cuenta con la colaboración de Fran Domínguez, un compositor “joven pero laureado”, que una vez cuenten con toda la partitura se encargará de hacer los arreglos orquestales.

Romanos en euskera

Serafín Baroja, además de ser conocido por su trabajo de editor y letrista –suya son las palabras de La marcha de San Sebastián– y por ser padre de Pío Baroja, era un ingeniero de minas que en 1868 fue destinado en el yacimiento de Riotinto, en Huelva. Fue allí donde encontró un grafiti de la época romana en el que se podía leer “Pudente” y que le sirvió de inspiración para escribir en euskera una tragedia de romanos en unas minas de La Vética en tiempos del emperador Trajano. El protagonista es Pudente, un noble encargado de la explotación minera que es protector de una joven que se llama Fulvia y que se enamora de un joven que busca venganza.

Representaciones

En opinión de Fadrique, no es solo importante el ejercicio de recuperación con el objetivo de que la obra quede para la posteridad, sino que es imprescindible “darla a conocer” mediante las representaciones pensadas para 2023. Por supuesto, uno de los escenarios a los que le gustaría llevar Pudente es al Victoria Eugenia. Fadrique prevé un proyecto “potente”. No en vano, estima que unas 130 personas trabajarán tanto delante como detrás del telón.

Agurtzane Intxaurraga se encargará de la dirección de escena y junto a ella se encuentran adaptando ligeramente el texto original por cuestiones de igualdad de género que no se contemplaban en el siglo XIX: “La obra no perderá su esencia”.

Para que todo llegue a buen puerto, estiman fundamental el “apoyo” económico de la ciudadanía y la participación en Piztu Meta!: “Necesitamos una primera arrancada importante”. Más adelante, después de ultimar la partitura, buscarán financiación privada. A su vez, se encuentran transcribiendo y digitalizando todo el material para poder analizar cuáles son los fragmentos que faltan “para luego completarlos tal y como lo hacía Santesteban”.

23/12/2022