En imágenes: Ruta, La Rioja vista por los montes Obarenes

Esta sierra que recorre mucha parte de Burgos es la frontera natural entre la propia Burgos, La Rioja y Álava. Vamos a realizar una ruta por estos montes tan cercanos a nosotros geográficamente y también tan lejanos en cuanto a conocimiento de las maravillas que tienen ocultas.

DATOS PRINCIPALES

· Kilómetros: 9,31 km

· Desnivel positivo: 476+

· Duración: corriendo 1:30h / Caminar - correr: 2:10h / Senderismo 3:00h

DESCRIPCIÓN 

Cuando nos acercamos a La Rioja, sobre todo a la zona de Haro, en la Rioja alta, nos encontramos como si fuera una muralla defensiva que protege la entrada a dicho territorio con una sierra que se prolonga a ambos lados de Las Conchas de Haro. Este es el lugar por el que atravesamos dicha barrera natural. A la izquierda comienza la sierra del Toloño, anteriormente sierra de Cantabria.

Lo que nos ocupa en esta ruta es la sierra de la derecha, el inicio de los montes Obarenes que forma parte junto con la cercana del Toloño de la frontera que la naturaleza a puesto entre Burgos, La Rioja y País Vasco (Araba). Vamos a descubrir partiendo de uno de los lugares más queridos y visitados por los vecinos de la cercana Miranda de Ebro, las casetas de San Juan del Monte, de los parajes que nos tiene escondido este pedacito de tierra.

Arrancamos de ese paraje espectacular que es San Juan del Monte para dirigirnos hacia la zona donde están situados los juegos en la tierra, donde una tirolina puede hacer las delicias de los pequeños y los que no lo son tanto. La pista enseguida nos ofrece la oportunidad de subir o de bajar. En este caso elegiremos bajar dejando esa pista que ahora asciende hacia la ermita de san Juan del Monte para otra ocasión.

No tiene perdida y seguimos la misma durante un poco más de un kilómetro y cogemos el segundo desvío a la derecha tras otra pequeña bajada. Un panel informativo donde se ven las especies que habitan estos montes nos puede servir de referencia. Enseguida la pista entra en zona de más arbolado y al de poco un giro de noventa grados a la izquierda nos pone en el sendero que nos va a llevar a un lugar increíble.

Estamos en la ascensión a la Cruz de Motrico, bien visible desde la pista por la que hemos comenzado a andar. La subida es dura por una senda a ratos incomoda, pero con la que vamos ganando altitud con facilidad. En un momento determinado al llegar a una zona rocosa el cielo aparece sobre nuestras cabezas, es el momento de tomar otro giro a la izquierda para acometer el tramo final.

Tras un duro repecho la senda nos deja en la imponente Cruz de Motrico de 10 metros de altura (851m) construida por los trabajadores de Fefasa y es el lugar más característico por los mirandeses, sobre todo en año nuevo e incluso de noche. La verdad es que el lugar lo merece ya que las vistas sobre el valle son inmejorables, con una visión casi en 360 grados de todo lo que nos rodea.

Podríamos bajar por el mismo sitio, pero lo hacemos por la pista que unos metros delante se torna con un giro a la derecha en sendero. Este desemboca en un gran cortafuegos que no lleva a la base de la subida a la cruz. Mientras descendemos y si la niebla lo permite podemos ver delante de nosotros los siguientes objetivos. Obviando la entrada a la impresionante senda de los Tejos, seguimos ahora ya en ascenso por la evidente pista.

Llegamos al llamado cruce de cuatro caminos, donde elegimos seguir recto para por medio de una pequeña senda subir al bosque inmediatamente superior. Se trata, una vez allí, después de girar a la derecha, de otro momento mágico ya que parece que hemos cambiado por completo de zona. Vamos transitando por un tramo bajo arboles precioso y en el cual se respira cierta tranquilidad. Todo el rato llevamos el cordal que conforman las dos próximas cimas como referencia enfrente. En un cruce ya vemos como a mano izquierda la pista sube con fuerza.

Pues bien, ese es el camino, sin prisa, pero sin pausa volvemos a ganar altura y tras llegar a un pequeño collado donde ya podemos observar la cruz muy lejos de nosotros. Tras superar un repecho llegamos a Peñalrayo (956m). Con su singular buzón en homenaje a Félix Rodríguez de la Fuente presenta una panorámica perfecta de las peñas de Jembres o el Avellano entre otros, así como de la vasta llanura ya en La Rioja.

Continuamos por la cresta para ir descendiendo cómodamente hacia Montefuerte (927m) a donde llegamos en poco más de un kilómetro. Este tramo es muy bonito y espectacular ya que podemos observar paisaje a ambos lados. Tras superar el buzón con forma de catalejo de este monte ya si, en acusado descenso ponemos rumbo al final de nuestra aventura de hoy.

El sendero desemboca en una pista que tomaremos a la derecha. Por la misma seguiremos hasta otro cruce donde justo en el momento que se bifurca nosotros elegiremos bajar en lugar de subir. De esa forma y tras atravesar un pequeño bosque, casi en el momento en el que parece que no nos lleva a ningún lado, la senda nos conduce directamente a la llamada laguna de San Juan, que no es otro punto desde donde habíamos comenzado la marcha.

Como se puede ver, una excursión a prácticamente poco más de una hora de camino, donde descubriremos cruces majestuosas, bosques y sendas con magia y sobre todo lugares donde poder disfrutar de unas vistas impresionantes. Esto y mucho más, nos hemos dejado varias zonas espectaculares por recorrer, es lo que nos ofrece los Obarenes en su vertiente más oriental.