"¿En qué contenedor debo tirar un vaso roto?"

Detergenteberri, Lataburu, Kajaguren y Fraskobide son cuatro de los integrantes de Ekoadrila, un grupo de envases, botellas, briks o latas muy vivos que buscan una segunda vida útil. Son el punto divertido de esta campaña que quiere ser divulgativa y servir para resolver las dudas que aún tenemos sobre reciclaje. Mediante una ruleta, cualquier persona podrá asumir el reto y, si responde correctamente la pregunta que se le plantee, recibirá un regalo sostenible.

Se trata de una campaña impulsada por el Gobierno Vasco, Ecoembes y Ecovidrio que recorrerá distintos municipios vascos hasta la primera semana de septiembre. El estreno ha sido esta mañana en los Relojes de la Concha, en Donostia. La iniciativa recalará, entre otros, en Bilbao, Vitoria, Agurain, Llodio, Portugalete, Plentzia, Deba o Arrasate. 

El gerente de Ecovidrio, Oskar Acedo, ha destacado que "en Euskadi estamos reciclando 90 envases de vidrio por habitante al año, algo que está muy bien", sin embargo, insiste en que el objetivo es "recuperar todo el vidrio que se genera". El portavoz de Ecoembes, Jose Arrancudiaga, por su parte, afirma que persiguen "convertir los residuos de envases en recursos" y añade que "el año pasado cada vasco depositamos en el contenedor amarillo 24,4 kg de envases".

Por último, la viceconsejera de Sostenibilidad Ambiental del Gobierno Vasco, Amaia Barredo, ha destacado que los datos de reciclaje de Euskadi nos sitúan "a la cabeza" del estado, pero reconoce que quedan "retos pendientes, como el orgánico y los voluminosos, cuya recogida generalizada debemos plantearnos para 2025". Asimismo, la viceconsejera ha recordado que el Gobierno Vasco trabaja en un nuevo Plan de Residuos para los próximos 10 años. El objetivo es cumplir con los objetivos marcado por el Basque Green Deal, es decir, reducir un 20% la generación de residuos para 2030, reutilizar el 40% de los envases, aumentar la tasa de reciclaje del 63% actual al 75%, y valorizar los residuos que no se puedan reciclar.

¡Ah!, por cierto, no, los vasos de cristal rotos no deben depositarse en el iglú verde.